En el día mil de la guerra en Ucrania, el conflicto dio un giro importante con el uso de misiles ATACMS, proporcionados por Estados Unidos, en un ataque contra territorio ruso. Este martes, las fuerzas ucranianas lanzaron los misiles contra una instalación militar en la región de Briansk, a 110 kilómetros dentro de Rusia, marcando la primera vez que se emplean estas armas de largo alcance en la confrontación.
De acuerdo con Moscú, de los seis misiles disparados, cinco fueron interceptados, pero los restos de uno impactaron en la instalación sin causar víctimas ni daños significativos. Por su parte, Ucrania confirmó que el ataque fue dirigido a un depósito de armas ruso, asegurando que el impacto generó explosiones secundarias.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reconoció que su país dispone de los misiles ATACMS y subrayó su intención de utilizarlos estratégicamente, pero evitó confirmar detalles específicos del ataque.
El uso de estos misiles fue aprobado recientemente por el presidente Joe Biden, un movimiento que Moscú calificó como una “escalada significativa” en el conflicto. Según el Kremlin, esta decisión posiciona a Washington como un combatiente directo en la guerra, una postura que podría provocar represalias.
A pesar de su poder destructivo, expertos militares opinan que los ATACMS probablemente no alterarán significativamente el curso de una guerra que ya lleva 33 meses, sin embargo, podrían ser clave para defender las posiciones ucranianas y ejercer presión en las negociaciones futuras.
Conflicto con altos costos humanos
Este ataque ocurre en un contexto de conmemoraciones por los mil días del conflicto, un periodo que ha dejado una población ucraniana reducida en un cuarto, más de 6 millones de refugiados y miles de muertos.
En un discurso ante el parlamento, Zelenski declaró: “En esta etapa de la guerra, se está decidiendo quién prevalecerá. Nosotros, los ucranianos y europeos que queremos vivir libremente, o el enemigo”.
El ataque con los misiles ATACMS es un recordatorio del carácter impredecible y devastador de este conflicto, mientras el mundo observa con cautela cómo se desarrolla esta nueva etapa.