
Baterias de litio
En el mundo hay la necesidad creciente de almacenar la energía eléctrica y hacerlo permite obtener nuevas tecnologías derivadas, como la movilidad o la integración de mayor cantidad del tipo renovable, sostuvo el investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM, César Ángeles Camacho.
Sin embargo, esa demanda, traducida en los materiales que se ocupan para ese fin, “va a colapsar” porque son insuficientes; de ahí que los autos eléctricos no han tenido el impacto que se esperaba en Europa, ejemplificó ante el presidente de Fundación UNAM, Dionisio Meade.
En este contexto, apuntó que la explotación del litio es contaminante y se deben encontrar alternativas. Por ello, los centros de investigación tienen que buscar opciones de almacenamiento de grandes bloques de energía.
Durante su participación en el Jueves de Ciencia. Nuestra nueva realidad, de Fundación UNAM, al que asistió el investigador emérito de la Universidad Nacional, exdirector del Instituto de Geofísica y consejero de Fundación UNAM, Jaime Urrutia Fucugauchi, el universitario detalló:
Sería ideal alcanzar 90 por ciento de la recuperación de las baterías en el reciclaje. “En los teléfonos móviles hay que esforzarnos más y usarlas hasta que ya no sea posible”.
En el caso de las de autos, expuso el experto, pueden ser reutilizadas para los patines o bicicletas eléctricas, desagregando los módulos y dándoles un segundo uso antes del reciclaje.
Transición complicada
En el ciclo de documentales y diálogo con académicos, dedicado al tema Alternativas a las baterías de litio, Dionisio Meade aseveró: con estos programas televisivos queremos que quienes están por definir su vocación profesional, o realizar estudios de licenciatura o posgrado, encuentren temas que les resulten sugerentes.
Esta es una conversación que señala dónde están los desafíos y problemas que enfrentaremos, entre ellos la necesidad de generar y almacenar energía, para lo cual el litio no es la opción más sana para el planeta. Diseñar nuevas tecnologías y estudiar otros campos para encontrar opciones, es un valioso esquema de motivación, manifestó.
A su vez, Ivonne Liliana Alonso Lemus, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, Unidad Saltillo, refirió: aunque dicho mineral tiene diversas aplicaciones, en las industrias cerámica o médica, por ejemplo, se estima que en 2022 el 80 por ciento de su producción en el orbe se ocupó en el mercado de baterías.
En la sesión transmitida por TVUNAM, la científica consideró que la solución para sustituir el uso de combustibles fósiles no está en una sola tecnología; se requieren varias para abastecer la demanda de energía. Sin embargo, hay retos en cuanto a los impactos ambientales que causa esa transición.
Estudios señalan que el reciclaje de litio presenta números positivos con respecto a su extracción porque tiene menor huella de carbono, pero solo en el caso de las baterías que contienen otros metales de interés, como níquel o cobalto.
No obstante, cuando se realiza el mismo análisis para ese procedimiento en baterías con base fosfato, como las utilizadas en la industria automotriz, los números “ya no son tan interesantes y aún no es factible ese proceso”.
Sin embargo, se sigue investigando y teniendo un panorama amplio de inversión para apostar a la electromovilidad, un factor clave en sitios como la Unión Europea, China y Estados Unidos.
En el norte del país se ubica un clúster automotriz de los más grandes para la fabricación de vehículos eléctricos. Se han comenzado estudios acerca de la eficiencia energética para disminuir los consumos en la industria, abundó Alonso Lemus.
Dirijo el Laboratorio de Energía Sustentable y Electromovilidad, donde buscamos materiales alternativos para baterías que no requieran litio; desarrollamos de ion de sodio, y trabajamos en innovaciones como supercapacitores.
La experta recordó que Coahuila es el principal productor de carbón mineral y 51 por ciento de la energía que se consume en el estado viene de carboeléctricas, lo cual tiene un impacto ambiental considerable. Por ello, evalúan utilizar ese material, pero no como combustible fósil, sino como materia prima para fabricar supercapacitores, celdas de combustible o baterías de ion de sodio.
De la lista de 34 materiales críticos elaborada por la Agencia Internacional de Energía, 25 se pueden extraer en América Latina y países del Caribe. “El potencial que tenemos es grande”; por ejemplo, las mayores reservas de litio están en Bolivia, que junto con Argentina y Chile suman 53 por ciento de la reserva mundial del mineral, informó Alonso Lemus.
En tanto, en Europa y China se concentran las empresas que reciclan el que contiene las baterías; así se establecen alianzas para lograr la seguridad económica en todas las regiones relacionadas, precisó.