La extorsión, conocida comúnmente como cobro de piso, continúa siendo una realidad que golpea a miles de locatarios en la capital del país. En mercados de las alcaldías Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero y Xochimilco, comerciantes narran cómo enfrentan amenazas constantes y pagos forzados que van desde tres mil pesos semanales hasta diez mil pesos mensuales, en manos de grupos delictivos que operan con impunidad.
Esta problemática, que afecta tanto la economía como la seguridad de los comerciantes, ha llevado a la implementación de estrategias por parte del gobierno local y la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). Sin embargo, para muchos afectados, las acciones parecen insuficientes frente al poder del crimen organizado.
El impacto económico del cobro de piso
De acuerdo con un informe de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco), los comerciantes de la Ciudad de México perdieron siete mil millones de pesos por extorsiones en el primer trimestre de 2023. Este tipo de prácticas, además de generar un impacto directo en los ingresos de los locatarios, provoca un aumento en los precios de los productos, afectando a consumidores y desincentivando la actividad económica en los mercados.
En el mercado Luis Martínez de la Torre, en la colonia Guerrero, una comerciante narró cómo los extorsionadores llegaron al lugar tras la pandemia.
“Terminó la pandemia y llegaron estos sujetos. Decían que tenían protección de la alcaldía, pero no sabemos quiénes son. Algunos han pagado por temor a que nos hagan algo. Por lo mismo, no hemos presentado denuncia”, comentó la locataria, quien prefirió no revelar su nombre por seguridad.
Casos de violencia y miedo entre los locatarios
En mercados como el San Felipe de Jesús, ubicado en la Gustavo A. Madero, los comerciantes enfrentan un cobro semanal de tres mil pesos, según testimonios recabados. Uno de los afectados compartió:
“Sabemos de compañeros a los que han agredido por no pagar. Hemos acudido a las autoridades, pero nadie hace nada.”
El panorama es aún más sombrío en el mercado 2 de Abril, donde la negativa de un carnicero a pagar el cobro de piso resultó en su asesinato el pasado 7 de noviembre. Tras este hecho, las autoridades desplegaron un operativo de seguridad con policías auxiliares permanentes y lograron la detención de presuntos extorsionadores vinculados a La Unión Tepito.
En Xochimilco, comerciantes de los centros de abasto han reportado extorsiones nocturnas, donde los delincuentes exigen cinco mil pesos quincenales. Según las autoridades, algunos de los responsables tienen nexos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Acciones gubernamentales y estrategias contra la extorsión
Frente a la gravedad de la situación, el Gobierno de la Ciudad de México lanzó en noviembre una estrategia antiextorsión que incluye:
- Visitas a los negocios: Personal de la SSC realiza recorridos en mercados para ofrecer recomendaciones específicas sobre cómo prevenir extorsiones.
- Evaluación de seguridad: Inspección de cámaras de vigilancia y del entorno de los comercios.
- Línea telefónica antiextorsión: El número 55-50-36-33-01, operativo las 24 horas, recibió cerca de 800 reportes en su primer mes de funcionamiento, según el coordinador del C5, Salvador Guerrero Chiprés.
El jefe de la policía capitalina, Pablo Vázquez, explicó que el enfoque incluye “hacerse presente en el lugar” y brindar herramientas prácticas para que los locatarios puedan denunciar con mayor seguridad.
“Esto tiene que ver con hablar con los comerciantes, darles recomendaciones muy específicas y garantizarles que no están solos en esta lucha”, declaró Vázquez.
Detenciones y operativos en mercados clave
En las últimas semanas, la SSC ha realizado operativos que han llevado a la detención de integrantes de células delictivas. En Xochimilco, por ejemplo, cinco presuntos extorsionadores vinculados al CJNG fueron arrestados gracias a trabajos de inteligencia.
Asimismo, en la alcaldía Cuauhtémoc, los operativos han resultado en al menos diez detenciones, entre ellas la de un grupo que extorsionaba en el mercado 2 de Abril. Estas acciones buscan enviar un mensaje contundente a los delincuentes y brindar un respiro a los comerciantes.
Testimonios de resistencia y esperanza
A pesar del temor, algunos locatarios han comenzado a alzar la voz. En el mercado Luis Martínez de la Torre, un grupo de comerciantes se organizó para buscar apoyo y asesoría de organizaciones civiles, convencidos de que la unión es clave para enfrentar el problema.
“No queremos seguir viviendo con miedo. Si nos unimos, podemos presionar a las autoridades para que actúen de verdad”, comentó una vendedora que participa en la iniciativa.
Además, colectivos ciudadanos han iniciado campañas de sensibilización para visibilizar el impacto del cobro de piso y exigir medidas más contundentes contra este flagelo.
El costo invisible: aumento de precios y desincentivo al comercio
El cobro de piso no solo afecta directamente a los locatarios, sino que también tiene un impacto en los consumidores. Para cubrir los pagos extorsivos, muchos comerciantes se ven obligados a incrementar los precios de sus productos, lo que afecta a los bolsillos de los ciudadanos y dificulta la competitividad de los mercados tradicionales frente a cadenas comerciales.
“Cada peso que pagamos de cobro de piso se traduce en precios más altos para nuestros clientes. Es un círculo vicioso que afecta a todos”, señaló un comerciante del mercado San Felipe de Jesús.
El camino hacia una solución integral
Expertos coinciden en que el combate al cobro de piso requiere un enfoque integral que combine acciones de seguridad, apoyo a los comerciantes y estrategias de inteligencia financiera para desmantelar las redes de extorsión.
La abogada y activista Mariana Gómez del Campo subrayó la importancia de brindar protección efectiva a los denunciantes:
“Es fundamental que las víctimas se sientan respaldadas por las autoridades. Sin denuncias, las investigaciones se vuelven más complejas y los delincuentes continúan operando con impunidad.”
Por su parte, el economista Luis Estrada advirtió que la falta de acción contundente podría generar un efecto desalentador para la inversión en los mercados locales.
“Si los comerciantes no ven un cambio real, podrían optar por cerrar sus negocios, lo que afectaría no solo a la economía local, sino también a la oferta de empleos en las comunidades”, explicó Estrada.