22 noviembre, 2024

 

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha emitido un nuevo informe donde pronostica una desaceleración del crecimiento económico de México, que se espera alcance un 1.5% en 2024, y baje aún más a un 1.3% en 2025. Esta previsión representa un freno en la expansión de la segunda mayor economía de América Latina, atribuido principalmente a limitaciones de capacidad y una política monetaria restrictiva.

 

El informe llega en un momento crucial para México, que enfrenta retos significativos en su entorno económico interno y en su relación con actores globales clave como Estados Unidos y Canadá. A pesar de los esfuerzos del gobierno por impulsar la economía, las tensiones comerciales, los efectos de la inflación y las reformas recientes están generando incertidumbre en diversos sectores.

 

Razones detrás de la desaceleración

De acuerdo con el FMI, uno de los factores clave detrás de esta ralentización es la política monetaria restrictiva que México ha implementado. El Banco de México (Banxico) redujo su tasa de interés de referencia al 10.50% en septiembre de 2024, después de una decisión dividida entre los miembros de su consejo. Aunque este recorte es una señal de que las presiones inflacionarias están disminuyendo, la política monetaria sigue siendo restrictiva para mantener el control sobre los precios.

 

El FMI también señaló que las limitaciones de capacidad están frenando el crecimiento, lo que implica que el país está alcanzando un punto donde la infraestructura existente y la capacidad productiva no están siendo suficientes para impulsar la economía de manera sostenida. El informe advierte que este escenario es especialmente relevante en sectores clave como la energía y el transporte, donde la inversión en infraestructura es insuficiente para atender la demanda creciente.

 

Si bien la inflación ha mostrado señales de estabilización, acercándose al objetivo de 3% establecido por el Banco de México, los riesgos siguen siendo significativos. El FMI advirtió que los riesgos inflacionarios siguen al alza, en parte debido a factores externos como un crecimiento económico más débil en Estados Unidos, que podría afectar la demanda de exportaciones mexicanas.

 

El aumento de la aversión al riesgo mundial también podría tener un impacto en la economía mexicana. Los inversionistas internacionales han mostrado preocupaciones sobre la estabilidad política y económica de varios mercados emergentes, lo que ha generado una mayor volatilidad en los flujos de capital. Este contexto global podría complicar los esfuerzos de México por atraer inversión extranjera, especialmente en sectores estratégicos como el energético.

 

Incertidumbre ante la reforma judicial

Otro factor que ha generado incertidumbre es la reforma judicial aprobada recientemente en México. El FMI señaló que esta reforma crea “importantes incertidumbres sobre la eficacia del cumplimiento de los contratos y la previsibilidad del Estado de Derecho“. La reforma, impulsada por el partido gobernante Morena y sus aliados, busca reducir la corrupción en el Poder Judicial mediante la implantación de la elección popular de jueces y magistrados.

 

Aunque el gobierno defiende la reforma como una herramienta para mejorar la transparencia y fortalecer la justicia, la iniciativa ha suscitado preocupaciones entre algunos de los socios comerciales más importantes de México, como Estados Unidos y Canadá. Estas naciones temen que la reforma afecte la estabilidad del sistema judicial y genere dudas sobre la protección de inversiones extranjeras en el país.

 

Respuesta del gobierno mexicano

La presidenta Claudia Sheinbaum respondió a las preocupaciones expresadas por el FMI y por los socios comerciales, afirmando que no hay motivos para que Estados Unidos se preocupe por la reforma judicial. En una conferencia reciente, Sheinbaum señaló que las reformas no tendrán un impacto negativo en el Estado de Derecho ni en la capacidad de México para cumplir con sus compromisos internacionales.

 

Sheinbaum también enfatizó que México sigue siendo un país atractivo para la inversión extranjera y que la reforma está diseñada para fortalecer la justicia, no para debilitarla. En cuanto al entorno económico, la mandataria señaló que el gobierno está trabajando en estrategias fiscales y políticas económicas para hacer frente a la desaceleración, buscando aumentar la inversión en sectores clave como la infraestructura y la energía.

 

Estrategia fiscal recomendada por el FMI

El FMI recomendó al gobierno mexicano que implemente una estrategia fiscal de mediano plazo para abordar los desafíos actuales. Entre las sugerencias destacan la necesidad de reducir los déficits y la deuda pública, aumentar los ingresos fiscales y generar espacio fiscal para inversiones en capital humano y físico. Estas inversiones son fundamentales para mejorar la competitividad de México en un entorno global cada vez más complejo y competitivo.

 

El FMI también enfatizó la necesidad de una reforma fiscal integral al inicio de la nueva administración, que permita reducir de manera duradera el déficit fiscal y priorizar el gasto público en áreas estratégicas. En particular, el organismo destacó que se deben revisar las políticas de apoyo a Pemex y al sector energético, con el fin de mejorar la credibilidad de los planes fiscales del gobierno y evitar que el país enfrente problemas mayores en términos de deuda y estabilidad financiera.

 

Panorama complicado para el futuro

Las previsiones de crecimiento del 1.5% en 2024 y 1.3% en 2025 muestran un panorama complicado para la economía mexicana, que deberá enfrentar no solo desafíos internos como la inflación y la implementación de reformas, sino también un entorno global incierto. La desaceleración económica en Estados Unidos, el principal socio comercial de México, es un riesgo significativo, ya que cualquier disminución en la demanda de productos mexicanos podría tener un impacto directo en el crecimiento del país.

 

Además, las recientes reformas judiciales y la incertidumbre política podrían generar un entorno menos favorable para la inversión extranjera, afectando sectores como la energía, donde se necesita un impulso urgente en infraestructura para atender la creciente demanda y garantizar la autosuficiencia energética.

El pronóstico del FMI de un crecimiento económico más lento para México subraya los desafíos que enfrenta el país en los próximos años. Aunque la política monetaria y fiscal han ayudado a controlar la inflación, la ralentización de la economía global, los riesgos inflacionarios y las reformas internas han generado incertidumbre en varios sectores clave.

 

Para hacer frente a estos desafíos, el gobierno de México deberá centrarse en reformas estructurales que aumenten la competitividad del país, promuevan la inversión en infraestructura y mejoren el marco regulatorio para generar confianza entre los inversionistas. Solo así podrá México enfrentar los retos de los próximos años y asegurar un crecimiento económico sostenido y equilibrado.