19 septiembre, 2024

 

Diego Santoy Riveroll, quien en 2006 fue condenado a 71 años de prisión por el asesinato de los hermanos Peña Coss, ha sorprendido a muchos al graduarse como abogado en una ceremonia celebrada en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Apodaca, Nuevo León. Este controvertido personaje, cuya historia marcó una generación, culminó exitosamente sus estudios en la Universidad Ciudadana de Nuevo León, un logro que ha sido tanto motivo de polémica como de reflexión sobre la rehabilitación dentro del sistema penitenciario.

 

El 2 de marzo de 2006, Santoy fue protagonista de uno de los casos criminales más sonados en México. Esa madrugada, se presentó en la casa de su entonces novia, Érika Peña Coss, donde una acalorada discusión desembocó en la trágica muerte de sus dos hermanos menores, Erick y María Fernanda. Este hecho conmocionó a la opinión pública, y tras una serie de juicios, Santoy fue declarado culpable de homicidio calificado, homicidio calificado en grado de tentativa, robo calificado y privación ilegal de la libertad en su carácter de secuestro.

 

Las consecuencias legales fueron severas. Además de la larga condena, Santoy fue obligado a pagar una serie de indemnizaciones que incluyeron 217 mil 139 pesos por la muerte de los menores, sumas adicionales para los tratamientos psicológicos de las víctimas sobrevivientes, y el pago de reparaciones al Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González por los gastos médicos relacionados con el caso.

 

 

Sin embargo, 18 años después, Santoy se ha reinventado dentro del penal. En una ceremonia encabezada por Javier Navarro Velasco, secretario General de Gobierno; Sofia Leticia Morales, secretaria de Educación; y el senador Luis Donaldo Colosio, padrino de la primera generación de internos graduados, Santoy recibió su título de abogado junto con otros 19 internos. El evento, que contó con la presencia de familiares y fue amenizado por un mariachi, simboliza un logro en la vida de estos graduados, quienes ahora tienen la oportunidad de rehacer sus vidas a través del conocimiento adquirido.

 

Durante su discurso, Navarro Velasco destacó el compromiso que los nuevos profesionistas asumen con la sociedad, exhortándolos a compartir sus conocimientos y, eventualmente, convertirse en docentes o en profesionales que contribuyan al cambio social. Este mensaje resuena con la filosofía de la Universidad Ciudadana de Nuevo León, que busca ofrecer una segunda oportunidad a aquellos que buscan transformar su vida desde la reclusión.

 

El caso de Diego Santoy continúa siendo un tema delicado y divisorio en la sociedad mexicana. No obstante, su reciente graduación pone en el debate la capacidad del sistema penitenciario para rehabilitar y ofrecer nuevas oportunidades a los reclusos. La historia de Santoy, ahora abogado, plantea interrogantes sobre la redención y el poder del conocimiento para reconfigurar el destino de una persona.