21 noviembre, 2024

 

La tranquilidad de la comunidad de Tlalmanalco, en el Estado de México, se vio abruptamente interrumpida  cuando una fuerte tormenta provocó el reblandecimiento de la tierra, lo que resultó en un desgajamiento del cerro Cruz de Mayo. Este incidente afectó a 10 viviendas y varias calles, cubriéndolas con toneladas de lodo y escombros.

 

El Ejército Mexicano respondió rápidamente a la emergencia, aplicando el Plan DN-III-E, un protocolo de auxilio en desastres naturales, para ayudar a la población afectada. Elementos militares y de la Guardia Nacional llegaron al lugar para realizar labores de limpieza y remover el lodo que invadió las viviendas y calles de la zona.

 

El alcalde de Tlalmanalco, Luis Enrique Sánchez Reyes, informó que se han organizado brigadas para asistir a los residentes de las áreas más afectadas, como los barrios San Pedro y Japón. “Tlalmanalco está dañado y lesionado, hay zonas muy afectadas. No hay pérdidas humanas, solo materiales. Llamo a la población a sumarse a las labores de ayuda”, declaró el alcalde, subrayando la necesidad de cooperación comunitaria en momentos tan críticos.

 

 

Los residentes de la parte alta de Tlalmanalco, una zona cercana a los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl, relataron los momentos de pánico que vivieron cuando escucharon un fuerte estruendo alrededor de las 20:00 p.m., momento en que una parte del cerro se desplomó. “Lo que se desgajó del cerro se vino directo al patio. Anoche fue como medio metro de lodo que bajó con tierra y basura, inundando todo. Nosotros vivimos en la última casa del cerro, si se sigue desgajando, todo se nos va a caer aquí abajo”, comentó una de las vecinas afectadas.

 

La situación en Tlalmanalco es preocupante, especialmente porque algunas de las viviendas presentan cuarteaduras visibles en pisos y paredes, lo que aumenta la incertidumbre entre los habitantes. Ante esta situación, los vecinos han solicitado a Protección Civil del Estado de México que realice una revisión exhaustiva del cerro para evaluar los riesgos y determinar si es seguro continuar viviendo en la zona.

 

Mientras tanto, los esfuerzos por recuperar la normalidad continúan, con el apoyo de las fuerzas armadas que se encargan de despejar las calles y viviendas de los escombros. La comunidad sigue unida, esperando que las autoridades actúen con rapidez para garantizar la seguridad y estabilidad de los habitantes de Tlalmanalco.