Al momento
De médico, poeta y loco no todos tenemos un poco
Por Ricardo Burgos Orozco
Pese a tener un cargo secundario como subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López – Gatell Ramírez fue una de las figuras destacadas del sexenio anterior, para bien y para mal, porque fue el responsable por parte del gobierno de aplicar las medidas sanitarias ante la pandemia de Covid 19 que sufrió México y el mundo entre 2020 y 2023.
López – Gatell Ramírez trabajó toda la administración de López Obrador porque si bien es cierto que dejó la subsecretaría en septiembre de 2023, seguía colaborando como asesor. Con el presidente anterior fue siempre protegido de críticas de los partidos de oposición y muchos científicos que ponían en tela de duda los métodos y opiniones durante la pandemia de este médico cirujano, urólogo, internista y epidemiólogo por la Universidad Johns Hopkins.
El especialista fue estrella de conferencias vespertinas sobre la situación del Covid en Palacio Nacional desde enero de 2020 hasta el 11 de junio de 2021. Sólo dos ocasiones se interrumpieron por otras actividades de López – Gatell. Llegó un momento que incluso se sabía más poderoso que el entonces secretario de Salud, Jorge Alcocer, aunque decía era su maestro.
Las cámaras y la fama lo volvieron superfluo, lisonjero en grado superlativo y con aspiraciones y actitudes políticas, especialmente con quien lo había puesto en ese cargo – López Obrador –. En un momento dado, cuando le preguntaron de las posibilidades de que, con Covid, el primer mandatario pudiera contagiar a la gente en sus giras y recorridos, el médico contestó: la fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio, en términos de una persona, un individuo que pudiera contagiar a otros…el presidente no es una fuerza de contagio. Entonces no, no tiene porque ser la persona que contagie a las masas, o al revés, como dije antes. Por ese comentario le llovieron críticas, memes y pusieron en duda su capacidad para coordinar la lucha contra el Covid.
Lo más grave es que durante su gestión minimizó la problemática de la enfermedad, decía que el cubrebocas no funcionaba a pesar de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, retrasó la adopción de medidas preventivas más estrictas, fue insuficiente el manejo de la capacidad hospitalaria; por eso, lo acusan del fallecimiento de alrededor de 800 muertes de mexicanos provocadas por el Covid. La oposición y gran parte de la comunidad científica lo empezó a llamar con el apodo nada agradable de Doctor Muerte.
El exsubsecretario de Prevención y Promoción de la Salud no tuvo una buena relación con la exjefa de gobierno de la Ciudad de México y ahora presidenta de la república, Claudia Sheinbaum Pardo. En este sexenio, López Gatell intentó sumarse como secretario de Salud al gabinete capitalino de Clara Brugada, pero a final de cuentas ella eligió a Nadine Gasman.
Hace unos días, López – Gatell consiguió por fin tener trabajo y no cualquiera. Será representante de México ante la Organización Mundial de la Salud con sede en Ginebra, Suiza. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo afirma que ella lo propuso – raro teniendo tan mala relación –. Por su parte, el médico cirujano se defiende de las críticas por su futuro encargo alegando que los ataques son de políticos, medios y empresarios afectados por la transformación.
La excandidata presidencial Xóchitl Gálvez Ruiz, con su acostumbrado léxico directo y contundente, opinó de López – Gatell: ser doctor no quita lo tarugo.
Hugo López – Gatell Ramírez tendrá que demostrar su profesionalismo y su capacidad en la OMS, con todo y el padrino que lo sigue protegiendo.