El exjugador del Barcelona, Dani Alves, ha cambiado nuevamente su versión sobre la presunta agresión sexual ocurrida en una discoteca de Barcelona. Esta vez, el jugador asegura que estaba borracho la noche de los hechos, lo que podría considerarse como una atenuante en caso de ser condenado.
La defensa de Alves, liderada por la abogada Inés Guardiola, sostiene que el estado de embriaguez del futbolista afectaba sus capacidades cognitivas, argumentando que no era plenamente consciente de sus acciones. La abogada busca la absolución de Alves, afirmando que la acusación de violación no es cierta.
Sin embargo, la defensa también reconoce que el jugador estaba ebrio cuando invitó a la víctima y a sus amigas al reservado de la discoteca Sutton de Barcelona, donde supuestamente ocurrió la violación. Esta declaración podría considerarse como un elemento que atenúa la gravedad de los hechos.
Este nuevo elemento se suma a las cuatro versiones previas que Alves ha ofrecido ante la justicia desde su detención en enero del año pasado. Desde negar conocer a la víctima hasta admitir relaciones sexuales consentidas, el caso ha tenido varias fases.
El juicio está programado para el próximo mes de febrero en la Audiencia de Barcelona. La Fiscalía solicita nueve años de cárcel y una indemnización de 150 mil euros, mientras que la acusación particular busca una condena de doce años, la pena máxima por violación.
Este giro en la defensa de Dani Alves plantea nuevos desafíos legales en un caso que ha captado la atención pública. La audiencia examinará la validez de la argumentación sobre la intoxicación etílica como atenuante en un episodio que ha generado controversia desde su inicio.
