
Corea del Sur enfrenta una grave crisis política tras la imposición temporal de la ley marcial por parte del presidente Yoon Suk Yeol , medida que generó fuertes protestas y llamados a su destitución. Miles de manifestantes salieron a las calles de Seúl el miércoles para exigir su renuncia, en lo que se ha convertido en uno de los momentos más críticos de la política surcoreana en décadas.
Ley marcial desata indignación
El presidente Yoon sorprendió al país al declarar la ley marcial, justificándola como una respuesta a las amenazas de Corea del Norte ya supuestas “fuerzas antiestatales”, pero la decisión fue ampliamente criticada como un acto autoritario y desproporcionado.
Horas después, tras una intensa presión pública y política, Yoon dio marcha atrás, levantando la ley marcial. A pesar de esta rectificación, el daño ya estaba hecho: la medida provocó la movilización de miles de ciudadanos y llevó a la oposición a presentar una moción de censura en el Parlamento.
Manifestaciones masivas y presión política
El miércoles, miles de manifestantes marcharon desde la céntrica plaza Gwanghwamun hacia el Parlamento, portando pancartas y coreando consignas contra el presidente. En paralelo, seis partidos de oposición, liderados por el Partido Democrático , anunciaron una moción de destitución que podría ser votada este viernes.
Incluso figuras cercanas al gobierno han tomado distancia de Yoon. Han Dong Hoon, líder del partido oficialista, exigió explicaciones y aseguró que “todos los responsables deben rendir cuentas”.
El ministro de Defensa, Kim Yong-hyun , presentó su renuncia el mismo miércoles, asumiendo la responsabilidad por la “confusión y preocupación” causada al pueblo.
Futuro de Yoon Suk Yeol en la cuerda floja
El destino político de Yoon pende de un hilo. Aunque su mandato comenzó en 2022, esta crisis podría marcar el fin de su administración. Manifestantes y líderes de oposición coinciden en que el presidente “ha allanado el camino hacia su propia destitución”.
Con una votación crucial programada para el viernes, el resultado de esta crisis podría redefinir el panorama político de Corea del Sur.