En un acto solemne, la alcaldesa de Iztapalapa, Aleida Alavez Ruiz, encabezó una guardia de honor e izamiento de Bandera en el panteón San Lorenzo Tezonco por el 40 aniversario del sismo de 1985.
Desde el monumento conmemorativo a las víctimas del terremoto de 1985 en la fosa común, la alcaldesa Aleida Alavez Ruíz, acompañada de su gabinete en pleno y trabajadores de la alcaldía, rindió homenaje a aquellos que, en su último aliento, se unieron en la ausencia de nombre y de identidad, convirtiéndose en símbolo de una resistencia silente y una memoria que aún exige ser reconocida.
Antes, en el asta bandera del panteón, se izó la bandera a media asta, se guardó un minuto de silencio y la banda de guerra tocó la marcha del Silencio.
En su emotivo discurso y con voz entrecortada, la alcaldesa reflexionó sobre el poder del silencio donde las palabras no alcanzan a describir la magnitud del dolor.
Alavez Ruiz subrayó la importancia de acercarse con humildad y respeto a sitios que obligan a recordar, pero también a hacer preguntas que aún permanecen sin respuesta.
La mandataria destacó que la memoria no busca alivio, sino conciencia de lo que no se resolvió, de lo que quedó abierto, pendiente y sin justicia.
“A veces, la justicia no es un acto de sanación, sino la decisión de no olvidar, aunque nos duela”, expresó, haciendo un llamado a no dejar que el olvido se imponga sobre la historia de aquellos que fueron parte del sismo y cuyos nombres quedaron en la sombra de un tiempo sin resoluciones.
Reconoció que, tras 40 años, es probable que las víctimas que reposan en este sitio no esperen que sus nombres sean recuperados.
Sin embargo, destacó que lo único que conservaron fue el anonimato, una forma de resistir en la memoria colectiva de la comunidad.
“Este homenaje no busca imponer un relato ni decir quiénes fueron, sino hacer lugar para lo que ya no será, para lo que quedó esperando”, agregó.
En la ceremonia también se recordó a aquellos que buscaron a sus seres queridos y a quienes nunca obtuvieron respuesta.
Este mausoleo, expresó la alcaldesa, no clausura ni sepulta nada; por el contrario, reconoce todo lo que falta, abriendo un espacio para el duelo, la ausencia y el respeto hacia lo que no se puede nombrar.
Alavez Ruiz recordó las lecciones aprendidas del trágico suceso, como la fragilidad de la vida y la importancia del cuidado mutuo.
“El sismo nos enseñó que protegernos no es un gesto opcional y que el cuidado mutuo no es una tarea menor”, dijo al tiempo que se comprometió a seguir trabajando por una comunidad que valore el respeto y el cuidado como principios fundamentales.
La mandataria hizo un llamado a la memoria colectiva, en la que Iztapalapa se presenta como un lugar donde el duelo y la ausencia tienen un espacio legítimo.
“Honrarlos es comprometernos: con un país que no repita la indiferencia, que entienda que la fragilidad no es debilidad, sino razón para cuidarnos más”, expresó la alcaldesa, dejando claro que este homenaje no busca un cierre, sino sostener una memoria viva.
La mandataria agradeció la presencia de la Marina y Policía Auxiliar en este acto, pero también por ser los primeros respondientes en situaciones de emergencia.

