En un evento que ha sacudido la diplomacia internacional, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó una resolución condenando “enérgicamente” el asalto policial a la embajada mexicana en Quito, Ecuador. La medida fue presentada por Colombia y contó con un amplio respaldo, a pesar de la ausencia de México en la votación, marcando un punto crítico en las relaciones entre México y Ecuador.
El incidente en cuestión ocurrió cuando las fuerzas policiales ecuatorianas irrumpieron en la embajada mexicana para detener al exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, provocando una ola de críticas por violar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas. Este asalto no solo puso en tela de juicio la seguridad de las sedes diplomáticas sino también las normas internacionales que las protegen.
La resolución de la OEA, que tuvo 29 votos a favor y uno en contra por parte de Ecuador, refleja la preocupación internacional por el respeto a las convenciones diplomáticas. Ecuador justificó su acción al acusar a México de fomentar la impunidad al refugiar a Glas, quien, según ellos, no califica como perseguido político. Esta postura, sin embargo, ha sido cuestionada, y la comunidad internacional ha llamado al diálogo para resolver este conflicto diplomático.
El presidente, Andrés Manuel López Obrador, aplaudió la condena de la OEA y anunció que México presentará una denuncia contra Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia. Además, destacó el cambio de postura de Estados Unidos, que condenó el asalto después de la difusión de las imágenes del incidente.
Esta situación subraya la tensión en las relaciones diplomáticas en la región y plantea interrogantes sobre la seguridad de las misiones diplomáticas y el respeto a las normas internacionales. La OEA ha ofrecido su ayuda para facilitar el diálogo entre las dos naciones, buscando una resolución pacífica al conflicto que respete las leyes internacionales y la dignidad del personal diplomático.