El Santuario Diocesano de la Asunción de María en Milpa Alta, un ícono de devoción y patrimonio desde hace más de cuatro siglos, ha sido restaurado y entregado a la comunidad tras un meticuloso proceso de reconstrucción. Este proyecto no solo revitaliza un espacio sagrado, sino que también reafirma la identidad y las tradiciones de la comunidad local.
La ceremonia de entrega contó con la presencia de distinguidas personalidades que han sido clave en el proceso de restauración, entre ellos el excelentísimo Obispo Andrés Vargas Peña de la Diócesis de Xochimilco y el padre Sergio Jorge García Llanos, párroco del Santuario. También se dieron cita, Martí Batres Guadarrama, Jefe de Gobierno de la CDMX, Alejandra Frausto, secretaria de Cultura del Gobierno Federal; Víctor Manuel Vanegas, alcalde de Milpa Alta; y Jabnely Maldonado, comisionada para la Reconstrucción de la Ciudad de México, junto con otros funcionarios que han apoyado fervientemente el proyecto.
El Jefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, destacó la colaboración entre las diversas instancias de gobierno y la comunidad local. En su discurso, Batres Guadarrama enfatizó el papel crucial de la restauración en la conservación del patrimonio cultural y la importancia de estos espacios como centros de cohesión comunitaria.
“Yo quiero agradecer, porque hemos trabajado como un solo equipo, con la autoridad local, con las alcaldías, con las autoridades religiosas, señor obispo, quiero decirles que, en la santa sede, en el Vaticano, han hecho un reconocimiento al esfuerzo que está haciendo México por recuperar sus templos”, señaló.
La restauración del Santuario Diocesano de la Asunción de María fue una respuesta directa a los severos daños sufridos durante el sismo del 2017. Este proceso no solo implicó reparaciones estructurales sino también una delicada restauración de arte sacro y ornamentos internos, respetando las técnicas originales y los materiales históricos. El gobierno de la Ciudad de México y el Federal colaboraron estrechamente, asignando recursos significativos y expertos en conservación para devolverle su gloria al santuario.
Durante su discurso, el obispo Andrés Vargas Peña resaltó la importancia del santuario como un centro de fe y un símbolo de la resiliencia comunitaria. “Este lugar no solo es un refugio espiritual, sino también un testimonio de nuestra historia y tradiciones”, afirmó el obispo, subrayando el papel del santuario en la vida diaria de los feligreses.
El párroco Sergio Jorge García Llanos compartió su emoción por la culminación del proyecto, describiendo el proceso como un “viaje de fe y comunidad”. Expresó su gratitud hacia todos los que contribuyeron, diciendo, “Este es un día de gran alegría para nosotros, porque no solo hemos restaurado un edificio, sino que hemos revitalizado el corazón de nuestra comunidad”.
Contribuciones Gubernamentales y Reconocimiento
Alejandra Frausto, secretaria de Cultura, enfocó su discurso en la importancia de la cooperación entre el gobierno y la comunidad para la conservación del patrimonio cultural. Detalló las intervenciones realizadas y el monto invertido en la restauración y resaltó cómo proyectos como este refuerzan la identidad cultural y la cohesión social.
El alcalde Víctor Manuel Vanegas resaltó la colaboración interinstitucional que hizo posible la restauración y reconoció el significado cultural profundo del santuario para los residentes de Milpa Alta. “Este es un lugar de encuentro, de historia y de fe que sigue siendo un pilar para nuestra comunidad”, mencionó, celebrando el esfuerzo conjunto que aseguró la preservación del santuario para futuras generaciones.
Por su parte, la Comisionada para la Reconstrucción, Jabnely Maldonado Meza mencionó la entrega de la Parroquia de San Bernabé Apóstol, en la Magdalena Contreras; el Templo de San Miguel Arcángel, en San Miguel Topilejo, Tlalpan; el Templo de Santo Tomás Apóstol, en Santo Tomas Ajusco; y el Templo de Santa María Nativitas, en Santa María Nativitas, Xochimilco.
Asimismo el Templo de San Matías, Barrio de la Asunción en Iztacalco; el Santa Anna, en Santa Anna Tlacotenco, Milpa Alta; San Miguel Arcángel en San Miguel Ajusco, Tlalpan; y el Templo de Santa Cruz en Santa Cruz Acalpixca, en Xochimilco.
Con la restauración completa, el Santuario Diocesano de la Asunción de María no solo ha sido salvado físicamente, sino que su renovación ha inyectado nueva vida en las tradiciones y la vida espiritual de Milpa Alta. Los líderes y la comunidad expresaron su optimismo de que el Santuario continuará siendo un lugar de reunión espiritual y cultural, simbolizando la fortaleza y la fe de la región.
Este proyecto es un claro ejemplo de cómo la colaboración efectiva entre la comunidad, líderes religiosos y el gobierno puede resultar en la preservación exitosa de nuestro patrimonio, garantizando que continúe siendo una fuente de orgullo y espiritualidad para todos los involucrados.