22 noviembre, 2024

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador ofrecerá su última conferencia matutina el próximo lunes 30 de septiembre de 2024, un evento que marca el cierre de un capítulo histórico en su mandato. La famosa “mañanera” ha sido uno de los pilares de su administración, un espacio en el que se han tratado temas de política nacional, seguridad, economía y los asuntos más relevantes del país, siempre con un estilo directo y cercano a la ciudadanía.

 

Festejo para despedir la mañanera

El lunes, la última conferencia será especial, no solo por ser la despedida de este ejercicio cotidiano, sino también por el ambiente festivo que ha prometido el presidente. En una de sus conferencias previas, López Obrador adelantó algunos detalles sobre cómo será su último encuentro con los medios de comunicación y los asistentes que lo han acompañado durante más de cinco años.

 

“Nos vamos a despedir, pero va a ser fiestón; se van preparando,” comentó AMLO, en tono de broma, refiriéndose a lo que será una celebración con música y una variedad de platillos típicos de diferentes regiones del país. Entre los alimentos que mencionó que estarán presentes, destacan el zacahuil, tamales, tlayudas, tortas de chilaquil y guajolotas. El presidente también hizo referencia a los diferentes quesos y antojitos mexicanos que formarán parte del menú, asegurando que será un verdadero festín.

 

El festejo no solo será para los asistentes de los medios, sino también para los mandatarios internacionales que asistirán a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, su sucesora en la presidencia de México, el 1° de octubre.

Legado de las Mañaneras

Las conferencias matutinas, conocidas popularmente como las “mañaneras”, han sido un sello distintivo de la administración de López Obrador. Este formato, implementado desde el primer día de su mandato en diciembre de 2018, ofreció una plataforma directa para que el presidente pudiera comunicar sus políticas, responder preguntas de los medios de comunicación y establecer un diálogo continuo con la ciudadanía.

 

En total, se han realizado más de 1,300 mañaneras durante su mandato, con una de las más largas alcanzando las 3 horas y 27 minutos el 26 de diciembre de 2022. López Obrador ha sido muy insistente en utilizar este formato para defender su administración, explicar decisiones importantes y abordar temas que van desde la seguridad pública hasta la economía y los programas sociales.

 

Durante estas conferencias, AMLO ha utilizado frases icónicas como su ya famoso “ánimo” al iniciar la conferencia y su habitual invitación a desayunar al final. Esta cercanía y apertura han convertido las mañaneras en un referente no solo en México, sino en el ámbito internacional.

Transición: Sheinbaum y el futuro de las conferencias

El próximo martes 1 de octubre, Claudia Sheinbaum tomará posesión como la primera mujer presidenta de México. Ella ya ha tenido una breve participación en una mañanera, el 19 de junio de 2024, cuando habló sobre el inicio de su proceso de transición tras su victoria en las elecciones. Durante casi 27 minutos, Sheinbaum compartió sus primeras impresiones del encuentro con AMLO, subrayando su compromiso de continuar con algunos de los proyectos emblemáticos de su predecesor, como el Tren Maya y los programas de bienestar.

 

Aunque aún no se ha confirmado si Sheinbaum mantendrá el formato de las conferencias matutinas, su participación en una mañanera y su estilo cercano a la ciudadanía sugieren que podría continuar con esta práctica, adaptándola a su propio estilo de gobierno. Será interesante observar cómo se desarrolla esta tradición bajo una nueva administración y si se mantiene como un pilar de comunicación.

Despedida con significado

La última mañanera de AMLO no será solo una conferencia más; será un cierre simbólico para uno de los presidentes más polémicos y carismáticos de la historia reciente de México. López Obrador ha comentado en diversas ocasiones que dejará la política una vez concluido su mandato, y aunque algunos de sus opositores y simpatizantes especulan sobre un posible regreso en algún momento, el presidente ha sido claro en su intención de retirarse de la vida pública.

 

 

Sin embargo, el legado de sus conferencias matutinas perdurará. Estos espacios, aunque criticados por algunos sectores, representaron una forma diferente de gobernar, con un presidente que daba la cara a diario y respondía a preguntas difíciles. Para sus simpatizantes, las mañaneras fueron un ejemplo de transparencia y cercanía, mientras que sus detractores criticaron la falta de rigor en algunas respuestas y la politización de ciertos temas.

 

El propio López Obrador ha bromeado sobre el impacto que tendrán las mañaneras después de su partida, sugiriendo que podrían formar parte de la “nueva normalidad” en los futuros gobiernos. Aunque es incierto si los próximos mandatarios adoptarán este formato, lo que es claro es que las mañaneras marcaron una nueva etapa en la comunicación política en México.

Retrato y comida para la historia

Como parte del evento del lunes 30 de septiembre, AMLO también develará un cuadro con su retrato, el cual será colocado junto a los de sus predecesores en Palacio Nacional. Este acto simbólico será presenciado por los medios de comunicación y los asistentes a la mañanera, poniendo fin a una era en la que el Palacio Nacional se convirtió en el epicentro de la política nacional.

 

López Obrador también ha mencionado que el día de su última mañanera coincidirá con una comida que ofrecerá a los mandatarios que estarán en la Ciudad de México para la toma de posesión de Sheinbaum. Aunque no ha precisado quiénes asistirán ni los temas a tratar, es evidente que será una oportunidad para intercambiar puntos de vista y reflexionar sobre el futuro de la región en un ambiente más relajado.

 

El 30 de septiembre será un día cargado de simbolismo y emotividad, tanto para quienes apoyan al presidente como para aquellos que han sido críticos de su gestión. La música, los platillos típicos y el ambiente festivo crearán un cierre memorable para uno de los presidentes más influyentes en la historia moderna de México. En palabras del propio López Obrador: “Nos vamos, pero nos vamos bien.”