30 septiembre, 2024

 

El saldo fatal del poderoso huracán Helene incrementó a 93 muertos, con al menos 30 de ellos en un solo condado, Carolina del Norte, así lo informaron las autoridades. La situación es crítica ya que los rescatistas continúan luchando para salvar a miles de personas atrapadas en áreas devastadas en varios estados del sureste, incluidos Florida, Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Virginia y Tennessee.

 

El impacto de Helene ha sido devastador: casas completamente destruidas, infraestructura civil dañada y poblados sumergidos en agua. Las fuertes lluvias y vientos de hasta 225 kilómetros por hora provocaron inundaciones que han dejado millones de personas sin electricidad y carreteras intransitables. Según estimaciones, los daños económicos podrían oscilar entre 15 mil y más de 100 mil millones de dólares, lo que añade presión a las autoridades y organizaciones de rescate para actuar rápidamente.

 

Mientras tanto, los grupos de rescate han estado trabajando incansablemente, enfrentando condiciones difíciles. Lori Moore-Merrell, de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), destacó que “continúan las búsquedas y esfuerzos de rescate de los oficiales locales, estatales y federales”, pero el cierre de vías debido a la acumulación de agua ha complicando estas labores. “Los riesgos impiden los esfuerzos de respuesta, incluyendo la reanudación del servicio eléctrico, la limpieza de escombros y la evaluación del daño”, agregó Moore-Merrell.

 

 

El presidente de EE.UU., Joe Biden, anunció que visitará las zonas más afectadas a finales de esta semana, con el objetivo de brindar apoyo y visibilidad a la tragedia. Su equipo ha indicado que su visita no interrumpirá las operaciones de respuesta de emergencia. Aunque se espera que el número de víctimas siga creciendo, el desglose actual incluye 37 muertos en Carolina del Norte, 25 en Carolina del Sur, 17 en Georgia, 11 en Florida, dos en Tennessee y uno en Virginia.

 

Las alertas de inundaciones repentinas siguen activas en el oeste de Carolina del Norte, donde hay preocupaciones sobre la posible ruptura de represas, lo que podría agravar aún más la situación. Helene, que tocó tierra el jueves por la tarde cerca de Tallahassee, Florida, como un huracán de categoría 4, continúa siendo un recordatorio del poder destructivo de la naturaleza y la urgencia de la respuesta humanitaria en momentos de crisis.

 

Los esfuerzos de rescate están en marcha y la comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos en el sureste de Estados Unidos.