5 noviembre, 2024

 

En una sesión histórica, la Cámara de Diputados declaró la constitucionalidad de las reformas constitucionales relacionadas con la Guardia Nacional, luego de recibir la aprobación de 26 congresos locales. Este anuncio consolida el proceso legislativo que traslada el mando operativo de la Guardia Nacional a las Fuerzas Armadas, un tema de gran relevancia para la seguridad pública y la estrategia de seguridad nacional del país.

 

Este domingo la Cámara de Diputados, presidida por Sergio Carlos Gutiérrez Luna, legislador de Morena, anunció la aprobación formal de la reforma tras contabilizar los votos de las legislaturas estatales. Con la reforma de los artículos 13, 16, 21, 32, 55, 73, 76, 78, 82, 89, 123 y 129 de la Constitución Política, la Cámara confirmó que el Congreso de la Unión ejerció la facultad que le otorga el artículo 135 de la Carta Magna. La reforma pasó así al Ejecutivo Federal para su promulgación final por parte del presidente de la República.

 

La declaratoria se produjo luego de recibir el voto aprobatorio de congresos locales como Baja California, Chiapas, Ciudad de México, Jalisco, Puebla y Veracruz, entre otros. Estos 26 congresos estatales respaldaron el proyecto de reforma, alcanzando así la mayoría requerida para reformar la Constitución.

 

Guardia Nacional bajo control de la Sedena: Principales modificaciones

Uno de los puntos clave de la reforma es la transferencia de la Guardia Nacional al control de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Esta decisión marca un cambio en la naturaleza de la Guardia, que fue creada en 2019 como una institución de seguridad pública con un enfoque civil, pero ahora será dirigida por personal militar con formación policial.

 

Con esta reforma, se establece que la Guardia Nacional será una fuerza de seguridad pública de carácter permanente, integrada por personal militar. Su principal tarea será ejecutar la Estrategia Nacional de Seguridad Pública dentro del ámbito de su competencia. Además, se ratificó que las Fuerzas Armadas seguirán brindando apoyo en tareas de seguridad pública, bajo las disposiciones que establece la ley.

 

En su discurso, Gutiérrez Luna subrayó que la Guardia Nacional es “un pilar de la seguridad pública”, destacando que esta transición es esencial para consolidar una estrategia de seguridad más eficaz. “Se busca fortalecer la disciplina, permanencia y honestidad de la Guardia Nacional bajo el mando de la Sedena”, indicó.

 

Reacciones de los partidos políticos

El anuncio de la constitucionalidad de la reforma generó diversas reacciones entre los diferentes grupos parlamentarios. Los legisladores de Morena y sus aliados aplaudieron la decisión, argumentando que es un paso importante para garantizar la seguridad en el país. La diputada morenista Tatiana Clouthier expresó: “Con esta reforma damos solidez a la Guardia Nacional y aseguramos que sea una institución comprometida con el bienestar y la seguridad de los mexicanos.”

 

Por su parte, Gerardo Fernández Noroña, diputado del Partido del Trabajo, manifestó que la aprobación es un avance hacia la estabilización de las condiciones de seguridad del país. “Es momento de brindar a la Guardia Nacional las herramientas necesarias para ser eficiente en su labor, con una conducción firme y disciplinada”, señaló.

 

Sin embargo, la oposición, representada principalmente por el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), cuestionó la medida, argumentando que militarizar la seguridad pública podría tener consecuencias negativas a largo plazo. La diputada panista Margarita Zavala declaró:

 “Nos preocupa que el mando militar pueda desplazar el enfoque civil de la Guardia Nacional, lo que podría debilitar los controles democráticos sobre la seguridad pública”.

Por su parte, el coordinador del PRD, Luis Espinosa Cházaro, señaló que el traslado de la Guardia Nacional a la Sedena podría ir en contra de los principios establecidos originalmente para su creación. “La Guardia Nacional fue concebida como una fuerza civil, y esta reforma va en dirección opuesta a lo que inicialmente se había pactado”, aseveró.

 

Impacto y alcance de la reforma

Con esta reforma, la Guardia Nacional queda oficialmente bajo el mando de la Sedena, una decisión que ha generado tanto expectativas como inquietudes. Para el gobierno federal, este cambio garantizará una mayor disciplina y control sobre las fuerzas de seguridad, permitiendo enfrentar de manera más efectiva los desafíos de la seguridad pública, como el combate al crimen organizado.

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido un firme defensor de esta medida. En varias ocasiones ha argumentado que las Fuerzas Armadas han demostrado ser un pilar fundamental para mantener la seguridad en el país, y que la Guardia Nacional requiere de una estructura más sólida y organizada para cumplir con su misión.

 

“No se puede confiar la seguridad del país a fuerzas debilitadas o con antecedentes de corrupción. Con esta reforma, aseguramos que la Guardia Nacional esté en manos de quienes saben defender a la nación”, comentó el mandatario en una conferencia previa.

 

Desafíos futuros para la Guardia Nacional

A pesar de la aprobación de la reforma, persisten desafíos en el camino hacia la implementación efectiva de la Guardia Nacional bajo el control militar. Uno de los puntos más críticos es la necesidad de mantener un equilibrio entre la participación militar en tareas de seguridad pública y el respeto a los derechos humanos. Diversos grupos de la sociedad civil han manifestado su preocupación por posibles abusos o excesos que podrían surgir con la participación prolongada de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública.

 

El experto en seguridad pública, Alejandro Hope, advirtió que si bien la disciplina militar puede aportar ventajas en términos de control y organización, también es importante establecer mecanismos claros de supervisión civil para evitar el abuso de poder. “Debemos asegurarnos de que la reforma incluya controles claros y mecanismos de rendición de cuentas, para garantizar que las operaciones de seguridad se realicen con pleno respeto a los derechos humanos”, comentó.

 

La declaración de constitucionalidad de la reforma a la Guardia Nacional por parte de la Cámara de Diputados representa un momento decisivo para el futuro de la seguridad pública en México. La transición de la Guardia Nacional bajo el mando de la Sedena promete consolidar una estructura de seguridad más robusta y eficiente, aunque también plantea retos significativos en cuanto a la supervisión civil y el respeto a los derechos fundamentales.

 

Con esta reforma, el gobierno de López Obrador da un paso más en su estrategia de seguridad, buscando asegurar que la Guardia Nacional se convierta en un actor clave para mantener el orden y la paz en el país. Sin embargo, queda por ver cómo se implementarán estas reformas y si los equilibrios necesarios para una seguridad democrática serán efectivamente alcanzados.