22 noviembre, 2024

 

En un esfuerzo por localizar a personas desaparecidas, colectivos en la Ciudad de México han comenzado a instalar buzones para recibir denuncias anónimas en la zona sur de la capital, área donde se han encontrado fosas clandestinas y donde se han identificado disputas entre grupos delictivos por el control de rutas de trasiego de drogas.

 

Esta iniciativa está impulsada principalmente por colectivos de familiares que buscan a sus seres queridos y que desean contar con una herramienta adicional para obtener información que pueda ayudarles en su labor de búsqueda.

 

La presidenta de la organización Una Luz en el Camino, Jaqueline Palmeros, explicó que la idea surgió en las mesas de trabajo de la Brigada Nacional de Búsqueda, espacio en el que se reúnen colectivos tanto de la CDMX como de otras entidades.

 

“Es una cajita hecha por familiares que tienen personas desaparecidas y que llevan a comunidades de fe, donde se sensibiliza a la población sobre la posibilidad de brindar información anónima. Los mensajes que se depositen pueden incluir ubicaciones donde se sospeche la presencia de fosas clandestinas”, comentó Palmeros en una entrevista.

 

Este modelo de buzones no es nuevo en el país, pero su implementación en la Ciudad de México ya ha dado frutos. En apenas dos meses desde su instalación, se logró localizar dos cuerpos en la zona del Ajusco, uno de ellos perteneciente a un conductor de taxi por app que había sido reportado como desaparecido el pasado 20 de septiembre y fue hallado tres días después.

 

La confidencialidad y la seguridad son pilares de esta iniciativa, ya que las únicas personas con acceso a los buzones son las propias activistas, quienes cuentan con las llaves para garantizar el anonimato de los denunciantes. Palmeros enfatiza que el objetivo no es encontrar culpables, sino obtener pistas que permitan localizar a los desaparecidos. “No buscamos criminalizar a nadie ni exponer a los denunciantes; nuestro único interés es recuperar a nuestros familiares”, subrayó.

 

Además de los buzones, el proyecto cuenta con el apoyo de comunidades religiosas. Un sacerdote de uno de los templos donde se instaló un buzón expresó su respaldo, destacando que la iniciativa permite a los fieles sentirse seguros y motivados para colaborar. La ubicación exacta de los buzones se mantiene en reserva para proteger la identidad de los denunciantes y del personal de las comunidades religiosas que los albergan.

 

Este proyecto, surgido de una necesidad urgente, representa una luz de esperanza para los familiares de personas desaparecidas en la Ciudad de México, quienes ahora cuentan con una herramienta que, aunque sencilla, ha demostrado ser efectiva y segura en la búsqueda de sus seres queridos.