Este viernes 10 de enero, Bertha Alcalde Luján asumió oficialmente la titularidad de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), marcando el inicio de un periodo de cuatro años lleno de retos colosales. Desde modernizar procesos hasta enfrentar una desconfianza ciudadana profunda, la nueva fiscal tiene mucho que demostrar en una ciudad que exige justicia efectiva y transparente.
Entre los principales desafíos que enfrenta Alcalde Luján está la reducción del rezago en miles de carpetas de investigación acumuladas, mejorar los tiempos de atención en los Ministerios Públicos, combatir la corrupción interna y erradicar la impunidad que actualmente alcanza el 96% en delitos del fuero común.
En sus primeras declaraciones, Alcalde Luján destacó su compromiso de garantizar la autonomía de la Fiscalía frente a intereses políticos y económicos, sin embargo, este punto genera dudas debido a sus estrechos vínculos familiares y políticos con Morena. Recordemos que su hermana, Luisa María Alcalde, es la presidenta nacional del partido, y su madre, Bertha Luján, es una de las fundadoras de la 4T.
Autonomía en la mira
“Garantizar la autonomía significa aplicar la ley sin presiones de ningún tipo, ya sea del Ejecutivo, Legislativo o poderes fácticos”, declaró la fiscal en su entrevista con el Congreso local el pasado diciembre; sin embargo, críticos y analistas señalan que la sombra de la 4T podría comprometer esta independencia, especialmente en temas sensibles como el combate a la corrupción dentro del gobierno local.
Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la CDMX, respaldó públicamente a Bertha Alcalde, describiéndola como “una mujer honesta y preparada”. Pero la pregunta persiste: ¿podrá la nueva fiscal superar la percepción de parcialidad y consolidar una Fiscalía verdaderamente autónoma?
Los datos no son alentadores. Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE), solo el 38% de los ciudadanos confía en los Ministerios Públicos, mientras que la cifra negra de delitos no denunciados en la CDMX alcanza un alarmante 93%. Entre las razones destacan la percepción de pérdida de tiempo y la desconfianza en las autoridades.
La Fiscalía también enfrenta serios problemas internos, incluyendo intereses políticos y económicos que obstaculizan su eficiencia. Casos de corrupción dentro de sus filas han dañado su reputación y los expertos coinciden en que una “limpia absoluta” del personal heredado de la gestión anterior será crucial para ganar credibilidad.
Propuestas y prioridades
En su plan de trabajo, Bertha Alcalde subrayó la importancia de profesionalizar al personal, digitalizar expedientes para agilizar procesos y fortalecer la atención a víctimas, especialmente en casos de violencia de género. También propuso una mayor colaboración con la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) para mejorar la efectividad de medidas precautorias.
Otro punto clave será la creación de una Fiscalía de “puertas abiertas”, donde los ciudadanos puedan acceder fácilmente a los servicios de justicia sin enfrentar laberintos burocráticos. Esto incluye implementar módulos móviles de Ministerio Público y mejorar las denuncias digitales.
Voto de confianza con reservas
A pesar de las dudas, abogados y analistas han dado un voto de confianza a la nueva fiscal. Destacan su experiencia en derecho penal y su trabajo previo en instituciones como el ISSSTE y Cofepris, no obstante, enfatizan que la clave estará en no politizar la justicia y enfocarse en acercar los servicios a los ciudadanos.
Con un presupuesto de 8,552 millones de pesos para 2025, un aumento apenas superior al 3% respecto al año anterior, Bertha Alcalde tiene poco margen de error para demostrar resultados tangibles. ¿Podrá cumplir con las altas expectativas y transformar la FGJCDMX en un modelo de justicia moderna y efectiva? El reloj empieza a correr y la ciudadanía estará atenta.