A más de siete años de los devastadores sismos que sacudieron a México en septiembre de 2017, la restauración del patrimonio cultural ha alcanzado un punto significativo. Alejandra Frausto, la Secretaria de Cultura, anunció recientemente que 3,037 de los 3,268 inmuebles afectados han sido restaurados, marcando un avance del 92%. Este progreso es testimonio del esfuerzo nacional para recuperar y preservar edificaciones que no solo son estructuras, sino emblemas de la rica historia y cultura de México.
Frausto detalló que el gobierno federal ha invertido un total de 10,200 millones de pesos en estos esfuerzos de restauración. En 2023, ante la necesidad de acelerar la reconstrucción, se autorizó una inyección adicional de 3,575 millones de pesos, enfocados en concluir la restauración de 934 estructuras patrimoniales en ocho estados afectados por los sismos.
El proceso de restauración no solo ha sido un acto de preservación cultural, sino también una importante fuente de empleo. Según Frausto, el programa ha generado 56,505 empleos, aprovechando la habilidad de trabajadores de la construcción y restauradores locales, lo cual subraya el beneficio económico directo de tales iniciativas de reconstrucción.
A pesar de los notables avances, la reconstrucción no ha estado exenta de críticas y desafíos. La magnitud de daños a estructuras históricas, muchas de las cuales datan de los siglos XVI al XIX y han sufrido décadas de abandono y falta de mantenimiento preventivo, plantea un desafío continuo en términos de restauración adecuada y preservación a largo plazo.
Expertos en restauración y conservación patrimonial han aplaudido el progreso, pero también han señalado la necesidad de establecer prácticas más robustas de mantenimiento una vez que las estructuras son restauradas. Esta visión busca evitar la repetición de ciclos de daño y reparación, y enfatiza la importancia de la sostenibilidad en la conservación del patrimonio.
Mirando hacia adelante, el gobierno mexicano y la Secretaría de Cultura enfatizan su compromiso de concluir todas las obras pendientes antes del final del actual mandato gubernamental. Este objetivo no solo refleja un compromiso con la recuperación patrimonial, sino también con la mejora continua de la infraestructura cultural del país, asegurando que estas joyas históricas puedan ser disfrutadas por futuras generaciones.
La restauración del patrimonio cultural dañado por los sismos de 2017 es una ventana a la resiliencia y dedicación de México para preservar su historia y cultura. Aunque el camino hacia la recuperación completa sigue siendo complejo y lleno de desafíos, los avances hasta la fecha ofrecen un testimonio poderoso del espíritu indomable del país. Con cada estructura que se restaura, México no solo recupera un edificio, sino que reafirma su identidad y compromiso con su pasado histórico y cultural.
