Los eventos de Año Nuevo en Estados Unidos estuvieron marcados por dos ataques que dejaron al menos 14 muertos y múltiples heridos , confirmaron las autoridades. Aunque los ataques no tienen conexión directa, ambos reflejan una realidad preocupante en materia de seguridad nacional.
Terror en Nueva Orleans: ataque premeditado
La madrugada del 1° de enero, Shamsud-Din Bahar Jabbar , un veterano del ejército estadounidense de 42 años, arrolló con una camioneta a una multitud en el Barrio Francés de Nueva Orleans. Posteriormente, abrió fuego contra la policía antes de ser abatido. Según el FBI, Jabbar había jurado lealtad al Estado Islámico (EI) y había planeado el ataque de manera premeditada.
En una serie de videos publicados en Facebook horas antes del ataque, Jabbar expresó su apoyo al EI y su intención de realizar un acto de terrorismo. “Este fue un acto malvado, planeado y deliberado”, afirmó Christopher Raia, subdirector adjunto del FBI. Además, se encontró una bandera del EI en el vehículo utilizado en el ataque.
Entre las víctimas se encuentran dos ciudadanos mexicanos, una aspirante a enfermera de 18 años, un empleado financiero de Nueva York y otros turistas internacionales. Dos agentes de policía resultaron heridos durante el incidente.
Explosión en Las Vegas: Un atentado con un giro inesperado
Horas después, en Las Vegas, un Cybertruck Tesla cargado con gasolina y pirotecnia explotó frente al Hotel Internacional Trump. El FBI identificó al responsable como Matthew Livelsberger, otro veterano del ejército, quien aparentemente se suicidó antes de la detonación. La explosión dejó daños materiales, pero no se reportaron víctimas mortales.
Aunque ambos ataques usaron vehículos alquilados a través de la plataforma Turo, el FBI aseguró que no existe un vínculo definitivo entre ellos. “Seguimos todas las pistas posibles, pero no hay conexión directa entre Nueva Orleans y Las Vegas en este momento”, señaló Raia.
Reacciones políticas y sociales
El presidente saliente, Joe Biden, calificó los ataques como “despreciables”, mientras que Donald Trump, futuro mandatario, criticó duramente la gestión actual, relacionando los eventos con políticas de inmigración y fronteras abiertas. En su red social Truth Social, Trump afirmó que los ataques son una muestra del deterioro del liderazgo estadounidense.
Investigaciones en curso
Ambos casos están siendo investigados por el Departamento de Justicia y el FBI, mientras el país enfrenta preguntas sobre cómo abordar la creciente amenaza de ataques internos. Estos eventos resaltan la necesidad urgente de reforzar estrategias de seguridad y atención a la salud mental en los veteranos de guerra.