Este sábado se restableció por completo la circulación en la autopista México-Puebla, tras varios días de bloqueos que afectaron gravemente el tránsito en la región. La decisión se logró después de intensas negociaciones entre autoridades federales, estatales y ejidatarios de la zona, quienes habían mantenido bloqueos totales, parciales e intermitentes en diversas vías, como la carretera federal México-Puebla, el Arco Norte, la carretera México-Veracruz y la autopista Tlaxco-Tejocotal.
El acuerdo fue anunciado por el secretario de Gobierno de Puebla, Javier Aquino Limón, a través de su cuenta de X, informando que la mesa de diálogo había concluido con éxito. Las conversaciones, que se llevaron a cabo en Casa Aguayo, la sede oficial del gobierno estatal, permitieron que los ejidatarios aceptaran liberar las vías a cambio de ser recibidos el próximo lunes 12 de agosto por instancias federales para continuar las negociaciones sobre sus demandas.
Durante los días de bloqueo, la autopista México-Puebla había sido reabierta parcialmente, lo que ayudó a reducir el tráfico, pero no evitó las largas filas de vehículos en otras vías, como el Arco Norte, que estuvo completamente cerrado a la altura de Calpulalpan, Tlaxcala. Esta situación generó un gran malestar entre empresarios y transportistas, quienes exigían una pronta resolución del conflicto para evitar mayores pérdidas económicas.
Las afectaciones también se extendieron a la Central de Autobuses de Puebla (CAPU), donde los tiempos de viaje hacia la Ciudad de México se duplicaron, pasando de dos a más de cuatro horas. Esta situación obligó a muchos conductores de unidades de carga a buscar rutas alternas, como la carretera por Morelos, para continuar su camino hacia la capital del país.
El secretario Javier Aquino Limón y Tonatiuh Ramírez Guevara, encargado de la Unidad de Gobierno de la Secretaría de Gobernación Federal, fueron los principales mediadores en las negociaciones. Ambos destacaron la importancia de privilegiar el diálogo para evitar mayores afectaciones a la ciudadanía y garantizar la paz social en la región.
Con la reapertura de las vías, se espera que el tráfico vuelva a la normalidad y que las actividades económicas en la región se reanuden sin mayores contratiempos. Sin embargo, la situación aún es delicada, y será crucial el seguimiento que se dé a las demandas de los ejidatarios para evitar futuros bloqueos. Las autoridades han mostrado su disposición a mantener un canal de comunicación abierto, lo que podría ser clave para asegurar la estabilidad en la zona.