La madrugada del 1° de enero de 2025, una tragedia sacudió Nueva Orleans cuando un exmilitar estadounidense, identificado como Shamsud Din Jabbar, arrolló a una multitud que celebraba el Año Nuevo en Bourbon Street, en el icónico Barrio Francés. El ataque dejó un saldo devastador de 15 muertos, más de 30 heridos y sembró el caos en una de las noches más festivas del año.
Dos mexicanos heridos y respuesta consular
Entre los heridos se encuentran dos ciudadanos mexicanos que, según la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), se encuentran en condición estable. El Consulado de México en Nueva Orleans activó protocolos de emergencia y mantiene contacto cercano con las familias de los afectados, brindando asistencia consular.
Detalles del ataque y vínculo con el terrorismo
El agresor, un hombre de 42 años originario de Houston, Texas, utilizó una camioneta Ford F-150 Lightning para embestir a la multitud, según el FBI, en el vehículo se encontró una bandera del grupo terrorista Estado Islámico (EI), lo que apuntala las sospechas de un posible acto terrorista. Además, se localizaron dos bombas caseras en la ciudad, que fueron neutralizadas por las autoridades.
Durante el ataque, Jabbar disparó contra policías que intentaban detenerlo, hiriendo a dos agentes. El atacante fue abatido en el lugar. Las autoridades investigan posibles cómplices y asociaciones con redes terroristas.
Vidas truncadas y el impacto en las familias.
Entre las víctimas se encuentra Reggie Hunter, un padre de dos hijos; Nicole Pérez, madre de un bebé y recién ascendida a gerente; y Tiger Bech, un exjugador de fútbol americano graduado de Princeton. También se reportó la muerte de Nikyra Cheyenne Dedeaux, una joven de 18 años que soñaba con ser enfermera.
El gobernador de Luisiana, Jeff Landry, calificó el ataque como un acto de “pura maldad” y prometió justicia para las víctimas. Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, pidió oraciones por las familias afectadas y subrayó la importancia de la seguridad en eventos masivos.
El FBI mantiene operativos en Nueva Orleans y Houston, ciudad natal del atacante, para descartar la existencia de más cómplices. Las autoridades trabajan en identificar conexiones internacionales y locales, mientras la comunidad de Nueva Orleans enfrenta el luto por las vidas perdidas.
