17 septiembre, 2024

 

En cada ciclo electoral, es común que los candidatos utilicen música popular para animar a sus seguidores y crear un ambiente festivo en sus mítines, pero no todos los artistas están de acuerdo con que sus canciones sean utilizadas con fines políticos, especialmente cuando se trata de Donald Trump. El expresidente de Estados Unidos ha enfrentado múltiples demandas por parte de músicos que no quieren que sus creaciones musicales se asocien con su campaña.

 

El caso más reciente involucra la prohibición del uso de la canción “Hold On I’m Coming”, del dúo de soul Sam & Dave, que Trump había estado utilizando en sus eventos. La demanda fue presentada por el hijo de Isaac Hayes, uno de los autores de la canción, y un juzgado estadounidense falló a favor de la familia, impidiendo que Trump continúe reproduciendo esta melodía.

 

 

No es la primera vez que Trump se enfrenta a la oposición de artistas. Desde su primera campaña presidencial en 2016, una lista creciente de músicos le ha solicitado que deje de usar sus temas durante sus eventos políticos; entre ellos se encuentran, nombres como Beyoncé, ABBA, Céline Dion, Foo Fighters y Guns N’ Roses.

 

ABBA, Foo Fighters y más artistas contra Trump

En agosto pasado, el grupo sueco ABBA demandó a Trump por utilizar sus éxitos “Money, Money, Money” y “Dancing Queen” en un evento en Minnesota. De manera similar, Céline Dion expresó su rechazo cuando su famoso tema “My Heart Will Go On” fue reproducido en un mitin en Montana, mientras que Beyoncé prohibió el uso de su canción “Freedom”, utilizada en un video de campaña de Trump.

 

 

Los Foo Fighters también se han sumado a las críticas. Dave Grohl, líder de la banda, rechazó que Trump utilizara “My Hero” en un evento en Arizona, sin autorización.

 

Este tipo de conflictos no es nuevo para Trump, durante su campaña de 2016, artistas como Adele, Pharrel Williams, Neil Young, y Guns N’ Roses le exigieron que dejara de usar sus canciones. Axl Rose, líder de Guns N’ Roses, incluso publicó en redes sociales que había solicitado formalmente que su música no se utilizara en eventos de Trump.

 

El uso no autorizado de música ha generado un fuerte rechazo por parte de los artistas, quienes consideran que su trabajo no debe asociarse a ningún mensaje político sin su consentimiento.