21 noviembre, 2024

El Presidente Andrés Manuel López Obrador respondió a las recientes acusaciones de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública durante el gobierno de Felipe Calderón, quien lo señaló de tener vínculos con el narcotráfico. En una carta escrita desde una prisión en Estados Unidos, García Luna afirmó que el actual mandatario y su gobierno habían fabricado acusaciones en su contra y lo vinculó con bandas del crimen organizado.

 

Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, López Obrador desafió al exfuncionario a que presente pruebas que respalden sus declaraciones. “Que presente las pruebas, que le pida a sus amigos de la DEA la información, que le pida a sus abogados”, expresó el presidente en su estilo directo. Además, reiteró que si García Luna tiene evidencia de sus señalamientos, debe hacerla pública de inmediato.

 

El mandatario dejó en claro que no tomará acciones legales en respuesta a las acusaciones. “Es muy sencillo, que los dé a conocer, él tiene todo”, comentó López Obrador, enfatizando que la carga de la prueba recae en el exsecretario de Seguridad.

 

López Obrador también aprovechó su espacio en la “mañanera” para criticar a la oposición y a aquellos que, según él, están desesperados por las acusaciones de corrupción en su contra. “Están muy desesperados y son los jefes, los halcones mayores, son muy ingratos porque lo dejan solo a García Luna”, sentenció, en referencia a las figuras políticas que han tomado distancia del exfuncionario.

 

Finalmente, el presidente recordó el pasado de García Luna, señalando que inició su carrera en el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari y sugirió que tuvo un papel indirecto en el asesinato del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio en 1994. “No es que haya participado directamente, pero lo mandaron a rescatar al segundo tirador”, afirmó López Obrador.

 

Las declaraciones del mandatario se producen en un contexto de tensión política, mientras el juicio de García Luna sigue su curso en Estados Unidos, y sus acusaciones contra el presidente avivan el debate público sobre la relación entre el Estado mexicano y el crimen organizado.