En un panorama global, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha expresado su “enorme preocupación” por el potencial riesgo de que la variante del virus de la gripe aviar H5N1 comience a transmitirse entre humanos. Esta inquietud surge a raíz de la adaptación del virus que ha mostrado una capacidad creciente para infectar a otras especies además de las aves.
Hasta la fecha, el virus H5N1 ha sido responsable de 889 casos humanos reportados desde 2003, con una alarmante tasa de mortalidad del 52%, equivalente a 463 fallecidos. Estos datos reflejan la letalidad del virus, que se ha detectado en 23 países y cuyo contagio entre humanos podría significar una crisis sanitaria de magnitud internacional.
El H5N1, conocido por su virulencia en aves, ha infectado en los últimos dos años a más de 600,000 aves silvestres y ha obligado al sacrificio de cerca de 450 millones de aves de corral globalmente. Su presencia ya se ha documentado en todos los continentes, incluyendo la Antártida, lo que complica los esfuerzos por contener su propagación.
Jeremy Farrar, director científico de la OMS, destacó la gravedad de la situación durante una rueda de prensa en Ginebra, indicando que el virus ha mostrado signos de adaptación en patos, pollos y otros mamíferos. “El principal temor es que este virus evolucione hasta desarrollar la capacidad de transmitirse de persona a persona”, explicó Farrar.
Este contexto alarmante lleva a la OMS a urgir a las naciones a reforzar la vigilancia y la capacidad diagnóstica frente a esta amenaza. “Es crucial detectar cuántas infecciones humanas ocurren, ya que ahí es donde el virus podría mutar y adaptarse a los humanos“, añadió Farrar.
Recientemente, se confirmó un caso humano de infección por H5N1 en Texas, EE.UU., marcando el segundo caso en el país y el cuarto en América, lo que subraya la necesidad de estar alerta. Este caso particular involucró a un hombre infectado supuestamente por vacas contaminadas, aunque presentó síntomas leves.
El H5N1 continúa siendo una pandemia zoonótica global que no solo afecta la salud pública sino que también plantea significativos desafíos para la conservación y la seguridad biológica. La OMS y los expertos globales siguen trabajando en el desarrollo de vacunas y tratamientos, mientras instan a un monitoreo continuo para evitar que esta cepa viral se convierta en una amenaza aún mayor para la humanidad.