La incertidumbre crece entre los comerciantes de las plazas Izazaga 38 y Plaza Asia, luego de que fueran desalojados más de 500 locatarios de México Mart, ubicada en Izazaga 89. El temor surge ante los operativos anunciados por las autoridades para verificar las condiciones legales y estructurales de los inmuebles en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
El operativo en México Mart, realizado la semana pasada, resultó en el decomiso de más de 267 mil productos apócrifos y marcó el inicio de una estrategia de supervisión más estricta. César Cravioto, secretario de Gobierno de la CDMX, advirtió que los propietarios que permitan actividades irregulares en sus inmuebles podrían enfrentar la extinción de dominio.
Aby, un vendedor afectado, comentó que muchos empresarios han comenzado a retirar su mercancía por el temor a perder más locales. “Mi patrón tenía tres locales en Izazaga 89 y uno en Izazaga 38, pero ya dicen que la 38 también será revisada y podrían cerrarla. Si pasa, nos quedamos sin trabajo”, explicó. Algunos comerciantes han optado por almacenar su mercancía en bodegas ubicadas en Iztapalapa, ante el panorama incierto.
En un recorrido por las plazas, varios locatarios admitieron que existen irregularidades en los inmuebles. “No podemos cerrar los ojos, había sobrecupo y mercancía sin controles adecuados. Pero estas anomalías nos afectan a todos”, señaló un comerciante, quien pidió el anonimato.
Además de los empleos perdidos, la posible extinción de dominio de Izazaga 89 podría impactar gravemente en términos económicos. Según locatarios, los dueños del inmueble, perteneciente a la inmobiliaria Marly y Arel, dejarían de percibir 250 millones de pesos al año en rentas.
El desalojo de México Mart ha dejado a más de 5 mil personas sin empleo directo, afectando a familias enteras que dependían de estos ingresos. “Este es nuestro sustento, si nos cierran, nos dejan en la calle”, declaró un comerciante de productos de belleza.
Mientras tanto, las autoridades mantienen su postura firme sobre la corresponsabilidad de los propietarios en la regulación de actividades comerciales. Los locatarios, por su parte, enfrentan un futuro incierto, buscando alternativas para preservar sus negocios y empleos en un entorno cada vez más regulado.