
Agua UAM
El agua es un tema prioritario para México por lo que la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) trabaja en intervenciones puntuales para limpiar sitios estratégicos y restaurar la calidad del vital líquido en beneficio de toda la sociedad, con lo cual se aplica el extenso conocimiento y la experiencia de la Institución para enfrentar retos hídricos de gran envergadura.
Es el caso del saneamiento del río Lerma-Santiago, uno de los más extensos del país, cuyo deterioro representa una crisis ecológica de gran magnitud ante la contaminación provocada en su mayoría por descargas tóxicas industriales, aguas residuales sin tratar y desechos agrícolas.
Estos contaminantes incluyen metales pesados como el plomo, mercurio y arsénico, así como compuestos orgánicos tóxicos que en una exposición prolongada pueden ocasionar graves problemas de salud, incluyendo afecciones neurológicas y discapacidades.
La doctora Abigail Martínez Mendoza, adscrita al Departamento de Procesos Sociales de la Unidad Lerma, es una de las más de 40 profesoras y profesores de esta casa de estudios que, con sus distintas especialidades y disciplinas, se han sumado al llamado del gobierno federal para contribuir a esta labor.
“Es importante destacar que, desde antes de toda esta apuesta nacional por el saneamiento de los ríos, la UAM ya cuenta con monitoreo de la calidad del agua en pozos, así como de descargas domésticas e industriales, monitoreo de la flora y la fauna, seguimiento a las aves migratorias y al ajolote de la región, además de trabajo comunitario”, explicó en entrevista.
Existe un plan hídrico 2024-2030
En la actualidad, como parte del Plan Hídrico 2024-2030, apuntó que las propuestas contemplan eliminar o regular las descargas; promover una genuina participación ciudadana, soluciones verdes y prácticas sostenibles tanto del sector industrial como agricultor, con la finalidad de transitar hacia acciones que reduzcan los contaminantes; modernizar las plantas de tratamiento de aguas residuales, reforestar con plantas nativas y mejorar la gestión y la responsabilidad de los municipios.
Desde octubre pasado se efectúan reuniones que han derivado en la elaboración de un documento diagnóstico que de acuerdo con la doctora Martínez Mendoza se convertirá en una referencia en el país, al no existir hasta el momento un ejercicio similar por parte de una institución pública de educación superior que aglutine todo el cuerpo de conocimientos desde diferentes ángulos, para atender el problema hídrico.
“La UAM no sólo tiene calidad académica, sino un compromiso social, en especial en la Unidad Lerma, una de las sedes más recientes de la Universidad, ubicada en la periferia; ha sido un gran proyecto para que en los alrededores nos identifiquen como una oportunidad educativa para las juventudes y para hacer trabajo con las comunidades, aprender de ellos y hacer un intercambio de saberes, a partir de un diálogo horizontal”.
La educación debe ir más allá de sus puertas
La tarea principal de la educación pública “es ir más allá de nuestras puertas, observar nuestro entorno y luego preguntarnos cómo podemos incidir, de tal suerte que tenemos muy claro que, si bien no hacemos una obra pública como tal, sí podemos observar los problemas para proponer las soluciones, con base en el saber”.
En ese sentido, señaló que cada vez más universidades están abiertas a la inter, multi y transdisciplina, a los estudios de frontera: “en la UAM no sólo somos una casa abierta, salimos a nuestra comunidad, salimos a nuestro entorno porque nos preocupa y nos ocupa, estamos en la mejor disposición para hacer alianzas y transferir conocimientos”, agregó la especialista en temas hídricos.
Otro ejemplo significativo, es el proyecto patentado Tratamiento económico de aguas contaminadas con hidrocarburos, de la doctora Judith Cardoso Martínez, investigadora del Departamento de Física de la Unidad Iztapalapa y su equipo de trabajo, busca reusar las aguas grises; es decir, aquellas que no contienen materia fecal, provenientes de autolavados y lavanderías.
“Se sabe que en la Ciudad de México existen alrededor de 1,900 autolavados registrados, que en promedio gastan entre cinco y 50 metros cúbicos diarios de agua que, por reglamento, deben contar con una planta de tratamiento”.
Sin embargo, Judith Cardoso indicó que existen varios de ellos que no están regulados y llegan a utilizar agua potable, aspecto que va en detrimento de la disponibilidad de líquido para la población, si se toma en cuenta que, para lavar un camión, pueden gastarse hasta 1,100 litros, equivalente a un tinaco de una casa habitación.
¿A dónde van a parar las aguas del autolavado?
En entrevista, explicó que las aguas generadas en los autolavados no deben ser tiradas al drenaje (de acuerdo con la Norma Mexicana 002-1997), en consecuencia, se deben de eliminar los contaminantes dispersos a través de sistemas de tratamiento de agua de este tipo de residuos.
“Hay presencia de diferentes componentes contaminantes que se mezclan con el agua al utilizarse detergentes, ceras, ambientadores, aromatizantes, más si se lava carrocería o el motor, y todos ellos son difíciles de eliminar con una planta de tratamiento común y pueden llegar a los cuerpos de agua y afectarlos”.
Generalmente, en estos autolavados se cuentan con trampas que permiten por diferencia de densidades eliminar mecánicamente las grasas superficiales. Pese a esto, no se anulan las grasas emulsionadas por la presencia del jabón empleado y si bien existe el proceso conocido como electro-flotación, con el que se quitan las grasas, resulta caro y requiere de una infraestructura especial, detalló.
Por ello, destacó que la propuesta patentada de la UAM consiste en un proceso de tratamiento de agua vía un mecanismo fisicoquímico en el que se utilizan biopolímeros; es decir, materiales biodegradables que generan una serie de ventajas con respecto de los sintéticos.
La base de esta tecnología está en el proceso de clarifloculación, que consiste en adicionar al agua contaminada una solución de floculante que al interactuar con los sólidos suspendidos en el líquido provoca su aglomeración mediante interacciones electrostáticas; estos agrupamientos denominados flóculos llegan a ser lo suficientemente grandes para que por atracción gravitacional sedimenten.
“Las ventajas del presente proceso radica en que se lleva a cabo a un costo competitivo, con buenos resultados en la remoción de los sólidos suspendidos; no requiere modificaciones importantes en el pH (Potencial de Hidrógeno) de las aguas para respetar las normas de Comisión Nacional del Agua (Conagua) y no incrementa la cantidad de iones disueltos en las aguas tratadas”.
Con el apoyo de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (SECTEI), se desarrolló un prototipo instalado en una agencia automotriz que estuvo trabajando en forma continua y se comprobó que además de ahorrar hasta el 50 por ciento del costo del agua, permitía su reúso, por lo tanto, no se tira, ni contamina.
De acuerdo con la doctora Cardoso Martínez, actualmente se trabaja en una iniciativa en colaboración con la alcaldía Iztapalapa para instalar una planta de tratamiento de agua que permita reutilizarla a partir de este mismo proceso físico químico, en una de las lavanderías populares instalada en un centro comunitario.
“La planta estará automatizada con un sistema fotovoltaico y con la implementación de esta tecnología se van a generar compuestos que podrán usarse como composta”.
La académica de la UAM reconoció la relevancia de que las investigaciones generadas en los laboratorios lleguen con una aplicación práctica a la sociedad para mejorar sus servicios y calidad de vida, además de cuidar el agua y el medio ambiente.
“Es relevante que la gente vea que estas iniciativas están funcionando para que así apoye y difunda estos proyectos que emergen desde una de las más importantes instituciones públicas de educación superior, para que puedan ser financiados o comercializados”.
Aunado a estas iniciativas, la Casa abierta al tiempo cuenta con la Red en Agua, que realiza proyectos, congresos e iniciativas en torno a la calidad del vital líquido, el consumo del producto embotellado, el abastecimiento y la sequía; promueve una importante labor de difusión con el programa radiofónico AguaCERO, que se transmite por UAM Radio 94.1 FM los lunes y miércoles, de 9 a 10 de la mañana, único en su tipo en el cuadrante.