Anas Jattab, recién nombrado jefe de los servicios de inteligencia sirios, sorprendió al mundo al anunciar un ambicioso plan para disolver y reestructurar por completo la temida institución de seguridad que operó bajo el régimen de Bashar al Asad. La medida, presentada como un paso hacia la justicia y la reconciliación nacional, busca transformar un aparato que durante décadas fue símbolo de represión y corrupción.
Caída del régimen de Al Asad
El 8 de diciembre, el régimen de Bashar al Asad fue derrocado por una coalición armada liderada por el grupo islamista Hayat Tharir al Sham (HTS), marcando el fin de una era de dominación por el clan Al Asad, desde entonces, las nuevas autoridades han tomado medidas para reformar instituciones clave.
En una declaración publicada por la agencia oficial Sana, Jattab subrayó el sufrimiento de los sirios bajo el régimen anterior, calificando a los servicios de inteligencia como “instrumentos de tortura y corrupción” que infligieron dolor a millones de ciudadanos.
“La institución será reformada tras la disolución de todos los servicios y su reestructuración, de manera que honre a pueblo”, afirmó Jattab, destacando que su misión es restaurar la confianza en el aparato de seguridad.
Liberación de detenidos y esperanza para las familias
Uno de los primeros pasos en esta reestructuración fue la liberación masiva de detenidos en Damasco y otras ciudades. Muchos sirios acudieron a los antiguos centros de detención, ahora bajo custodia de HTS, en busca de información sobre sus seres queridos desaparecidos.
La situación de los desaparecidos sigue siendo una herida abierta en Siria. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), más de 100,000 personas murieron en prisiones y centros de detención desde el inicio del conflicto en 2011, que dejó más de 500,000 muertos y devastado el país.
La disolución de los servicios de seguridad es vista como un movimiento histórico que podría marcar el inicio de una nueva era para Siria, sin embargo, las tensiones persisten, ya que los combatientes de HTS ahora controlan muchas de las instalaciones clave en la capital.
La reforma es solo el comienzo de un proceso complejo para sanar las profundas cicatrices de un conflicto de 13 años, mientras los sirios esperan justicia y estabilidad.