La Ciudad de México enfrenta una crisis hídrica significativa, que amenaza con agudizarse si no se toman medidas inmediatas, según un diagnóstico reciente incluido en el proyecto de Presupuesto de Egresos de 2025, alrededor del 40% del agua que circula por la red hidráulica de la ciudad se pierde en fugas, lo que contribuye a un déficit en el suministro. Este problema se debe a la sequía en algunas regiones del país, la sobrexplotación de pozos y el mal estado de la infraestructura de distribución, especialmente en la zona metropolitana.
La capital mexicana es la cuarta entidad federativa con mayor estrés hídrico en el país, lo que significa que la demanda de agua supera la disponibilidad de este recurso. Esto se debe a la baja disponibilidad de fuentes de agua superficial, la alta dependencia de agua subterránea y una orografía compleja que limita la salida natural del agua. A esto se suman los efectos cada vez más intensos del cambio climático, que agravan la situación.
Para mitigar esta crisis, el gobierno capitalino ha propuesto una inversión de 15 mil millones de pesos en el sector hídrico para el próximo año. Este monto representa un aumento del 13% en comparación con el presupuesto anterior, y estará destinado a mejorar la gestión del agua pluvial, aumentar la capacidad de captación y almacenamiento, así como a la operación de nuevas plantas de tratamiento. A pesar de estos esfuerzos, el académico del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Manuel Perló Cohen, insiste en que el enfoque debe ser la reducción de las fugas en la red hidráulica.
El académico señala que la pérdida de agua en la red sigue siendo alarmante y que, aunque en administraciones anteriores se lograron algunos avances, la recuperación del agua perdida debería ser una prioridad. Recuperar ocho metros cúbicos por segundo de agua, según Perló Cohen, permitiría reducir la extracción de acuíferos, lo que aliviaría la sobreexplotación y ayudaría a mantener el equilibrio sustentable de los recursos hídricos.
La situación de la Ciudad de México es un recordatorio de la urgencia de adoptar medidas eficientes para conservar el agua y evitar su desperdicio. La capital depende de fuentes como el Cutzamala, pero estos recursos no son infinitos. La recarga artificial de acuíferos es parte de la solución, aunque sus efectos no serán inmediatos.
El llamado es claro: es fundamental cuidar cada gota de agua disponible y priorizar soluciones que permitan un uso más eficiente y sustentable de los recursos hídricos en la ciudad.