Luego de dos décadas de litigios y controversias, el proceso judicial contra el empresario Carlos Ahumada Kurtz llegó a su fin. La Primera Sala Penal Especializada en Ejecución de Sanciones Penales del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJ-CDMX), confirmó la prescripción de los delitos de fraude genérico y fraude continuado, poniendo punto final a uno de los casos más sonados en el país.
El 13 de diciembre, la magistrada Adriana López Gutiérrez ratificó el fallo emitido en agosto por el juez Rubén Manuel Godínez Cerón, quien determinó que los delitos ya habían prescrito. Con esto, Ahumada Kurtz no tendrá que cumplir el año, 10 meses y 23 días que le restaban de su sentencia ni cubrir los más de 20 millones de pesos pendientes por concepto de reparación del daño.
En su resolución, la magistrada destacó que desde el 16 de julio de 2024, momento en que Ahumada solicitó la revisión de su situación legal, no hubo acciones por parte de la víctima (el Gobierno de la Ciudad de México) o del juez de la causa para interrumpir el tiempo que llevaría a la prescripción. De este modo, la sentencia quedó sin efecto.
Papel del abogado defensor
En entrevista con Milenio, Enrique Ostos Garza, abogado de Ahumada, celebró la decisión judicial, asegurando que la Fiscalía General de Justicia de la CDMX ya no tiene margen de acción para reactivar el caso. No obstante, Ostos aclaró que el gobierno capitalino aún podría interponer un amparo directo, aunque consideró que no hay argumentos válidos para ello.
“Este proceso estuvo plagado de omisiones por parte de las autoridades. Se agotó el tiempo legal para hacer valer las sanciones y reparaciones, y el juez actuó en estricto apego a derecho”, afirmó el abogado.
Regreso de Carlos Ahumada a México
El camino hacia esta resolución comenzó meses atrás. El 16 de julio de este año, Carlos Ahumada regresó a México bajo una suspensión provisional otorgada por la jueza María del Carmen Sánchez Cisneros, la cual impidió a 91 autoridades ejecutarlo o detenerlo. Previamente, el empresario había sido arrestado en Argentina por violar su libertad condicional al salir del país sin autorización.
A su llegada a territorio mexicano, Ahumada enfrentó una audiencia en el Reclusorio Norte, donde se le notificó la prescripción de sus delitos. En ese momento, el empresario agradeció al juez “por haber resuelto en estricto apego a derecho”, subrayando su confianza en el sistema judicial.
Historia de escándalos y fraudes
Carlos Ahumada, empresario de origen argentino, ha sido una figura polémica en la historia política y judicial de México. Desde 2004, su nombre quedó ligado a una serie de videos escándalo que sacudieron a la política mexicana. Aquellos materiales, en los que se mostraba a funcionarios recibiendo fajos de billetes, provocaron un terremoto mediático y colocaron a Ahumada en el ojo del huracán.
En 2009, el empresario fue sentenciado a cinco años de prisión y a una multa de 22 mil 620 pesos por el delito de fraude continuado. Además, se le ordenó pagar 31 millones 285 mil pesos por concepto de reparación del daño, de los cuales liquidó más de 10 millones. No obstante, las autoridades omitieron continuar con el proceso, lo que derivó en la prescripción de la deuda.
El fallo judicial generó opiniones encontradas. Para algunos analistas jurídicos, el caso refleja un fallo estructural en el seguimiento de procesos judiciales por parte de las autoridades. Mientras tanto, críticos de la administración capitalina han calificado la resolución como un “error imperdonable” que permite la impunidad.
Por otro lado, simpatizantes de Ahumada celebraron el cierre del caso, argumentando que el empresario fue víctima de una persecución política prolongada. “Es un milagro navideño para Ahumada”, comentó un analista político en redes sociales, refiriéndose al momento en que se resolvió la prescripción.
El desenlace del caso Ahumada pone en relieve las deficiencias en el seguimiento judicial de delitos de alto impacto. Durante 20 años, el proceso estuvo marcado por omisiones, errores y lagunas legales que finalmente beneficiaron al empresario. Aunque para algunos esto representa un acto de justicia, para otros es un símbolo de impunidad.
Mientras Ahumada celebra la resolución, queda en el aire una pregunta: ¿Se trató de un fallo inevitable o de un milagro navideño en el sistema judicial mexicano? El caso, sin duda, seguirá generando debate en los próximos días, dejando un sabor agridulce en la opinión pública y un precedente importante en la justicia penal del país.