Tras más de seis horas de intenso debate, el Senado de la República aprobó las leyes secundarias de la reforma judicial impulsada por el gobierno de Claudia Sheinbaum. Estas leyes, que incluyen la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, la Ley de la Carrera Judicial, y modificaciones a la Ley de Responsabilidades Administrativas, prometen transformar el sistema judicial mexicano; sin embargo, la aprobación no estuvo exenta de controversias, con fuertes críticas de la oposición y del propio gremio judicial.
Cambio histórico o un golpe a la independencia judicial
Con 79 votos a favor y 31 en contra, el dictamen fue aprobado gracias al respaldo de Morena y sus aliados, y ahora será remitido a la Cámara de Diputados para su revisión final. La reforma incluye la creación del Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ), un nuevo órgano encargado de investigar y sancionar a ministros, magistrados y jueces que incurran en faltas graves, y el Órgano de Administración Judicial, enfocado en la gestión interna y la mejora operativa del Poder Judicial.
Javier Corral, presidente de la Comisión de Justicia, defendió la reforma como un paso hacia la transparencia y la eficiencia. “Estas leyes son un mensaje claro de que la justicia no puede ser ciega ante quienes desde dentro traicionan su deber. Este es un momento histórico para renovar el Poder Judicial”, señaló.
Por el contrario, la oposición manifestó profundas preocupaciones sobre el impacto de estas medidas en la independencia judicial. El senador panista Ricardo Anaya calificó al Tribunal de Disciplina Judicial como un “Tribunal de la Santa Inquisición”, argumentando que concentrará un poder desproporcionado en cinco personas. “Este tribunal podrá destituir a cualquier juez como instancia única. Se están sentando las bases para un control político total del Poder Judicial”, advirtió.
La senadora priista Claudia Anaya sumó su voz a las críticas, señalando que las leyes aprobadas no resolverán los problemas estructurales de la justicia en México. “Un sistema más estrecho, con menos personal y menos capacitado, no podrá brindar justicia pronta ni expedita. Esta reforma genera más incertidumbre que soluciones”, afirmó.
Los argumentos de Morena y aliados
En defensa de la reforma, los legisladores de Morena enfatizaron que las leyes buscan erradicar malas prácticas como el tráfico de influencias, nepotismo y corrupción, prácticas que, aseguran, han alejado a los impartidores de justicia del pueblo. La senadora Laura Estrada argumentó: “Estamos eliminando las malas prácticas que han manchado al Poder Judicial durante décadas. La justicia debe ser para todos, no solo para unos cuantos”.
Guadalupe Chavira, también de Morena, respaldó la creación del Tribunal de Disciplina Judicial, señalando que su función será asegurar que los jueces actúen con honestidad y transparencia. “Quien actúe con honradez no tiene nada que temer. Este tribunal es una herramienta para combatir la impunidad dentro del Poder Judicial”, afirmó.
El senador petista Gonzalo Yáñez añadió que esta reforma responde a una pregunta clave: “¿Quién juzga a los juzgadores?”. Según él, el sistema actual permite que los jueces sean juez y parte en casos de negligencia o corrupción, lo que genera un círculo vicioso de impunidad.
Impacto en la inversión y la comunidad judicial
Durante el debate, el impacto de la reforma en la inversión extranjera y la percepción internacional de México fue un tema recurrente. Ricardo Anaya advirtió que la reforma podría frenar la inversión debido a la falta de certeza jurídica. “Sin confianza en las instituciones, no hay inversión; sin inversión, no hay crecimiento; y sin crecimiento, no hay empleo ni bienestar”, subrayó.
Por su parte, la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación (JUFED) expresó su rechazo, calificando al Tribunal de Disciplina Judicial como un “mecanismo de persecución”. Según la asociación, el tribunal vulnera la independencia judicial y promueve resoluciones favorables a los intereses del oficialismo. “Este modelo autoritario deja a los juzgadores en un estado de indefensión absoluta, incompatible con cualquier sistema de justicia”, señalaron.
Zafarrancho en el Senado
El debate no estuvo exento de momentos tensos. Un altercado entre el senador morenista Adán Augusto López Hernández y el panista Enrique Vargas interrumpió la sesión. Según testigos, el conflicto surgió tras comentarios ofensivos del senador panista Mario Vázquez hacia un colega de Morena. El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, intervino para restaurar el orden y continuar con la votación.
Puntos clave de la reforma
- Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ): Encargado de investigar y sancionar a jueces, magistrados y ministros que incurran en actos de corrupción, negligencia o abuso de poder.
- Órgano de Administración Judicial: Optimizará la organización y funcionamiento del Poder Judicial, enfocándose en la transparencia y eficiencia operativa.
- Ley de la Carrera Judicial: Regulará los procesos de selección, evaluación y promoción de jueces, con el objetivo de garantizar la profesionalización y la meritocracia.
- Modificaciones a la Ley de Responsabilidades Administrativas: Fortalecen las sanciones contra el nepotismo y otras prácticas contrarias a la ética judicial.
Aunque la aprobación de estas leyes marca un avance significativo, su implementación enfrentará desafíos. Los próximos pasos incluyen su discusión en la Cámara de Diputados, donde Morena y aliados buscarán mantener el respaldo para consolidar la reforma.
El senador Javier Corral anticipó que, de ser aprobadas, las leyes podrían comenzar a aplicarse en 2025, con un periodo de transición para establecer los nuevos órganos y reglamentos. “Esta reforma no es un parche; es una transformación profunda que tomará tiempo, pero que traerá beneficios duraderos para el país”, afirmó.