Un alto al fuego entre Israel y Hezbollah comenzó este miércoles a las 4:09 horas en Líbano (22:00 horas del martes en México), marcando una pausa en más de 14 meses de enfrentamientos en el sur del Líbano y el norte de Israel. La tregua, mediada por Estados Unidos, genera esperanzas de estabilidad, aunque persisten tensiones.
Previo al cese al fuego, Israel llevó a cabo intensos bombardeos en el sur de Beirut, provocando la muerte de al menos 24 personas, según fuentes locales. Este ataque se suma a una guerra que ha dejado 3,823 muertos y 1.2 millones de desplazados en Líbano. En Israel, las cifras son de 78 fallecidos, incluyendo 47 civiles, y 60,000 desplazados.
Tregua bajo condiciones específicas:
- Hezbollah debe retirar su presencia armada del sur del Líbano.
- Israel regresará sus tropas a su lado de la frontera.
- Se desplegarán fuerzas del ejército libanés y cascos azules de la ONU en la región.
- Un panel internacional, liderado por Estados Unidos, supervisará el cumplimiento.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, destacó que Israel se reserva el derecho de actuar si Hezbollah viola el acuerdo. “La duración de este alto el fuego dependerá de lo que ocurra en el Líbano”, afirmó. Asimismo, Netanyahu elogió los logros en la guerra, como la destrucción de armas y el presunto asesinato del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah.
Desde el Líbano, el premier interino Najib Mikati celebró el cese al fuego como un paso hacia la estabilidad, sin embargo, líderes de Hezbollah, como Mahmoud Qamati, mostraron reservas, indicando que revisarán los términos finales para garantizar que no comprometan la soberanía libanesa.
La tregua se enmarca en la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, que establece la exclusividad del ejército libanés y la ONU en la región fronteriza. No obstante, el acuerdo genera inquietud entre los palestinos, quienes temen que Israel concentre sus esfuerzos en Gaza, donde los enfrentamientos han causado más de 44,249 muertos, la mayoría civiles.
Con este pacto, la región da un paso hacia la calma, aunque la desconfianza mutua y las condiciones impuestas perfilan una tregua frágil y sujeta a desafíos. La estabilidad definitiva dependerá de la voluntad de las partes de cumplir lo acordado.