14 noviembre, 2024

 

La mañana de este sábado, un violento atentado sacudió la estación central de tren en Quetta, capital de la conflictiva provincia de Baluchistán, Pakistán. El ataque, atribuido al grupo separatista Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), dejó al menos 26 personas fallecidas, entre ellas 14 soldados, y 60 heridos, entre civiles y personal de seguridad, según informaron las autoridades.

 

El ataque ocurrió en un andén de la estación central de Quetta, donde se encontraban numerosos pasajeros en espera de sus trenes. Wasim Baig, portavoz del hospital provincial Sandeman de Quetta, confirmó la cifra de fallecidos y detalló que 46 miembros de las fuerzas de seguridad y 14 civiles resultaron heridos, algunos de ellos en estado grave.

 

La prensa local mostró escenas impactantes, con charcos de sangre y estructuras metálicas destrozadas por la explosión. Mohamed Umer, uno de los sobrevivientes, relató que estaba en la estación esperando para tomar un tren hacia su pueblo cuando ocurrió la explosión. “Todo sucedió de repente. Cuando me di cuenta, ya estaba herido y en el hospital“, compartió con la agencia de noticias AFP.

 

 

El BLA, grupo separatista baluchi, reivindicó el ataque mediante un comunicado en el que afirmó haber atacado una unidad del ejército pakistaní que regresó a Punjab después de un entrenamiento. Este grupo separatista ha sido responsable de varios ataques mortales en la región, argumentando que los recursos naturales de Baluchistán, como el gas y los minerales, son explotados sin beneficio para la población local.

 

Las primeras investigaciones de la policía sugieren que el ataque podría haber sido suicida. “Inicialmente pensamos que era una bomba oculta en una maleta abandonada, pero ahora creemos que podría tratarse de un atentado suicida”, declaró Mohammed Baloch, responsable de la policía local. La agencia oficial APP informó que dos trenes estaban a punto de partir cuando se produjo la explosión, muy cerca de la ventanilla de venta de boletos.

 

El primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, condenó el atentado y prometió que los responsables “pagarán un alto precio”. Baluchistán, la provincia más grande de Pakistán y una de las más pobres, es escenario frecuente de ataques separatistas. Grupos armados como el BLA acusan a las empresas extranjeras, especialmente chinas, de extraer recursos sin compensar adecuadamente a la población local.