6 noviembre, 2024

 

La terna para presidir la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) está en el centro de la discusión, luego de que el Senado incluyera nuevamente a Rosario Piedra Ibarra como candidata, cuando su desempeño y falta de autonomía al frente de la comisión ha sido cuestionado reiteradamente por organizaciones y figuras políticas; sin embargo se le ha impuesto en la terna junto a Paulina Hernández Diz y Nashieli Ramírez. Rosario Piedra busca ser reelecta en un proceso que Morena pretende finalizar este mismo miércoles en el pleno, donde se perfila hacia dónde se puede inclinar la balanza.

 

Reelección controvertida

Rosario Piedra Ibarra, actual presidenta de la CNDH, solicitó “la confianza de las senadoras y senadores para consolidar la transformación”, que según ella, ha comenzado en la comisión. Durante su comparecencia ante las comisiones de Justicia y Derechos Humanos del Senado, Piedra defendió su gestión, asegurando que la CNDH “ha dejado de ser la institución más onerosa y menos productiva del mundo” y resaltando que, bajo su liderazgo, se han logrado avances en la defensa de derechos humanos.

 

Piedra subrayó que su enfoque ha sido reducir la burocracia y optimizar el presupuesto de la CNDH, argumentando que esto ha permitido lograr “los mayores resultados numéricos en la historia de la institución”. Propuso una reforma al artículo 102 constitucional, Apartado B, y a la Ley de la CNDH para crear una “Defensoría del Pueblo”, que centraría sus esfuerzos en acciones preventivas y en la atención directa a víctimas.

 

Experiencia en derechos humanos de Nashieli Ramírez

Nashieli Ramírez, una activista con más de 25 años de experiencia en la defensa de derechos humanos, es otra de las candidatas en la terna. Durante su intervención ante las comisiones del Senado, Ramírez destacó su trabajo en Ciudad Juárez con niños y niñas, en Culiacán con jornaleros agrícolas y en Oaxaca con mujeres indígenas. “Mi trayectoria se ha basado en el activismo social y en el acompañamiento ético y profesional a personas vulnerables,” afirmó.

 

Ramírez sostuvo que la solidez de la CNDH debe centrarse en una base técnica y jurídica para garantizar que los derechos sean efectivos. Además, propuso un enfoque integral que incluya atención psicosocial y una pedagogía transformadora, considerando que la protección de derechos es una responsabilidad compartida entre el Estado y sus instituciones. Para Ramírez, la colaboración con otras entidades gubernamentales es esencial para cumplir con esta misión.

 

Candidatura de Paulina Hernández Diz, perfil con experiencia

Paulina Hernández Diz, también aspirante a presidir la CNDH, centró su intervención en proponer medidas para mejorar la eficiencia de la comisión y reforzar su capacidad de respuesta ante violaciones a derechos humanos. Hernández subrayó la importancia de emitir “medidas cautelares efectivas y justificadas” que respondan a las necesidades de las víctimas y garanticen su protección inmediata.

 

Durante su comparecencia, Hernández mostró un conocimiento sólido de las facultades de la CNDH y propuso implementar un sistema de evaluación para medir el impacto de las acciones de la comisión. Para ella, la transparencia y la rendición de cuentas son pilares fundamentales para que la institución recupere la confianza de la ciudadanía.

 

Posicionamientos en el Senado

A pesar de las críticas de diversos sectores, el grupo mayoritario de Morena defendió la inclusión de Piedra en la terna, señalando que su reelección permitiría continuar con las reformas que ya ha iniciado, pero otros partidos y organizaciones sociales han cuestionado su desempeño y su capacidad para garantizar la independencia de la CNDH frente al Ejecutivo.

 

Mientras tanto, algunos senadores de oposición han manifestado su descontento. “No se trata de una institución para perpetuar intereses de grupo, sino de un organismo autónomo para defender a la ciudadanía,” expresó un senador del PAN en una entrevista. En tanto, organizaciones de derechos humanos han solicitado al Senado revisar detenidamente cada candidatura y no apresurar la decisión final.

 

A diferencia de procesos anteriores, en esta ocasión no se ha contemplado una reunión privada entre las finalistas y los grupos parlamentarios. Tradicionalmente, estas reuniones permiten a los senadores discutir de manera directa las propuestas de cada candidata, algo que ha sido visto como un mecanismo de transparencia. No obstante, algunos legisladores de Morena indicaron que la terna está dividida principalmente entre Piedra y Ramírez, aunque sin una “línea” clara a favor de alguna.

 

En tanto, desde la sociedad civil, la reacción ha sido de inconformidad. Varios colectivos han señalado que la reelección de Piedra pondría en riesgo la credibilidad de la CNDH y han instado al Senado a elegir a una candidata que garantice imparcialidad. La organización México Evalúa, por ejemplo, señaló que “la CNDH debe estar al servicio de las víctimas, no de intereses gubernamentales”, enfatizando la necesidad de contar con un liderazgo independiente.

 

Definición que se perfila será un debate ríspido en el Senado

La votación en el Senado marcará el rumbo de la CNDH para los próximos años y determinará si Rosario Piedra continúa al frente o si una de sus contendientes asume la presidencia de la comisión. La expectativa es alta y diversos sectores de la sociedad como del ámbito político estarán atentos a la decisión final.

 

En medio de la polémica, el Senado tiene en sus manos la posibilidad de definir el perfil que la CNDH adoptará en el futuro cercano: un enfoque de continuidad o una renovación que responda a las críticas de falta de independencia. La decisión final reflejará el compromiso de la Cámara Alta con la autonomía de las instituciones y la protección de los derechos humanos en México.