Las inundaciones más devastadoras en España en más de cincuenta años han causado al menos 140 muertos y han dejado “muchos” desaparecidos, según información de las autoridades el miércoles. La emergencia persiste, y el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, pidió a los habitantes de la Comunidad Valenciana y zonas aledañas extremar precauciones y evitar salir de casa.
Las lluvias torrenciales convirtieron las calles de localidades como Paiporta, en la periferia de Valencia, en ríos de lodo y escombros. En esta localidad de 25.000 habitantes, el impacto ha sido devastador: calles llenas de barro, vehículos arrastrados y comercios completamente destruidos. David Romero, un residente, pidió ayuda humanitaria, afirmando que la comunidad necesita alimentos y agua potable, ya que los servicios básicos están colapsados.
El desastre ha dejado millas sin electricidad, y algunas carreteras siguen intransitables debido a la acumulación de vehículos y escombros. Además, el tren de alta velocidad entre Madrid y Valencia se suspenderá durante al menos tres semanas, de acuerdo con el Ministerio de Transportes.
Las autoridades han movilizado recursos para la búsqueda de desaparecidos, y Sánchez reiteró su compromiso con las víctimas: “Estamos con todos los recursos posibles, el tiempo que haga falta, para encontrar a las personas desaparecidas”. Además, se ha declarado a la región como zona catastrófica y se han anunciado fondos de emergencia por 250 millones de euros para los damnificados.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) emitió alerta roja el martes y reportó lluvias de hasta 491 mm en algunas zonas, como el pueblo de Chiva, que recibió el equivalente a un año de precipitaciones en una sola noche. Las “inundaciones del siglo”, como ya se las llama en España, han reavivado el debate sobre la preparación de las autoridades ante eventos extremos.
Fenómenos como el que atraviesa España, conocidos como “gota fría”, han sido cada vez más intensos y frecuentes en los últimos años, en gran parte debido al cambio climático. Según Ernesto Rodríguez Camino, de la Asociación Meteorológica Española, los eventos de lluvias extremas se volverán más comunes y destructivos en el contexto del calentamiento global.