Michoacán se viste de color con la llegada de las emblemáticas mariposas monarca, un espectáculo natural que coincide con la celebración de la Noche de Muertos. Estas mariposas migratorias, que recorren alrededor de 4 mil kilómetros desde Canadá, empiezan a congregarse en los santuarios de Senguio, El Rosario y Sierra Chincua, donde permanecerán hasta marzo.
El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla resaltó la importancia de este evento tanto para la biodiversidad como para el turismo. “Michoacán está listo para recibir a los visitantes que vienen a presenciar este fenómeno único“, indicó, destacando que, además de turistas locales, la región recibe visitantes de estados como Guanajuato, Jalisco, Estado de México y Ciudad de México, lo que convierte a esta temporada en una de las más concurridas.
La Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca, designada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, abarca más de 56 mil hectáreas en Michoacán y el Estado de México. Este espacio es el hogar temporal de las mariposas, donde se pueden ver colonias de hasta 20 millones de ejemplares, según datos del Inegi. Además de las mariposas, la reserva es hogar de diversas especies de plantas y animales, lo que la convierte en un sitio de gran valor ecológico.
La migración de las monarca es considerada sagrada en las comunidades locales, ya que su llegada, el 1 de noviembre, coincide con el Día de Muertos. En la cultura popular, estas mariposas representan las almas de los difuntos que regresan para visitar a sus seres queridos. Este año, la organización Protección de la Fauna Mexicana (PROFAUNA) reportó avistamientos tempranos en Coahuila y en la frontera de Texas, lo cual es inusual para esta época. Según Roberto Enríquez, desde Ciudad Acuña, se observaron alrededor de 15 a 20 mariposas por minuto, una cifra significativa para un avistamiento tan temprano.
Este espectáculo natural de las mariposas monarca no solo es una celebración de la vida y la naturaleza, sino también una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de preservar su hábitat. Las comunidades, turistas y autoridades de Michoacán se unen para cuidar esta invaluable tradición, donde cultura y biodiversidad convergen en un evento único en el mundo.