6 noviembre, 2024

 

La falta de acceso al agua en zonas de bajos recursos en la Ciudad de México ha llevado a extremos impensables. En alcaldías como Iztapalapa y Xochimilco, mujeres de comunidades marginadas están siendo presionadas por piperos, quienes exigen favores sexuales a cambio de agua. Esta alarmante situación fue revelada por Jorge Alberto Arriaga, coordinador ejecutivo de la Red del Agua de la UNAM, en un foro de parlamento abierto sobre el agua organizado en el Congreso de la Ciudad de México.

Extorsión Sexual en el Acceso al Agua

Arriaga explicó que en un sondeo de 600 mujeres de estas alcaldías, 5% de las entrevistadas declaró haber sufrido extorsión sexual para recibir agua mediante pipas, un servicio que debería ser gratuito y accesible para todos. Además, el 50% reportó haber enfrentado violencia sexual de algún tipo por parte de los operadores de pipas.

 

“Es el peor acto de corrupción”, enfatizó Arriaga, quien describió cómo estas prácticas abusivas se ven exacerbadas por la precariedad y la dependencia de los habitantes de estas zonas para acceder a un recurso básico.

En la cultura de las comunidades vulnerables, donde son las mujeres quienes usualmente gestionan los recursos del hogar, la escasez de agua las pone en una situación especialmente riesgosa. Al depender de las pipas, se ven forzadas a esperar largos periodos y negociar con operadores que, en algunos casos, se aprovechan de su necesidad. “El operador, que no tiene un mecanismo de vigilancia, cobra con dinero, pero si la mujer no tiene, el mecanismo para pagar es el sexo”, comentó Arriaga durante el foro.

 

Reacciones y medidas del Gobierno

Ante las denuncias, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, expresó su preocupación y ordenó una investigación inmediata. En un comunicado, Brugada anunció que instruyó al secretario de Agua y Gestión Sustentable, Mario Esparza, para contactar a los autores del estudio.

 

Sin embargo, Brugada también puso en duda la magnitud del problema, destacando que el estudio no es de carácter periodístico ni cuenta con datos oficiales o nombres específicos. “Es la primera vez que escucho algo así, y si bien hemos sabido de cobros indebidos de dinero, nunca se había escuchado algo tan grave como la extorsión sexual a cambio de agua,” declaró.

 

Brugada subrayó que el servicio de agua mediante pipas en la Ciudad de México es gratuito y que no debe existir ninguna situación que condicione el acceso a este derecho. Sin embargo, la jefa de Gobierno también mostró escepticismo, insistiendo en la importancia de verificar los datos antes de tomar decisiones contundentes. “No se trata de que se convierta en un tema sin tener la corroboración adecuada,” mencionó.

 

Contexto de la escasez de Agua

La problemática de la falta de agua no es nueva en Iztapalapa y Xochimilco, estas alcaldías enfrentan un desabasto crónico debido a la sobreexplotación de mantos acuíferos y la insuficiencia de la infraestructura hidráulica.

 

Arriaga indicó que el impacto de esta situación afecta de forma desproporcionada a las personas con menos ingresos, quienes llegan a gastar hasta el 8% de su salario en agua, mientras que las familias de mayor poder adquisitivo destinan solo el 1% de sus ingresos. Esta situación crea una inequidad grave, que hace que los sectores más desfavorecidos estén en una situación de extrema vulnerabilidad ante la falta de agua.

 

Distintas organizaciones sociales han respaldado la denuncia de Arriaga, argumentando que la situación expuesta es una muestra del abandono que padecen las comunidades marginadas en temas de servicios básicos. La Red del Agua de la UNAM, una de las principales organizaciones que trabajan en torno al acceso al agua en México, ha estado monitoreando de cerca las condiciones en las zonas afectadas y señaló que las autoridades deben garantizar un acceso justo y seguro al recurso.

 

Por su parte, el Congreso de la Ciudad de México anunció que realizará mesas de trabajo para atender la problemática del acceso al agua en estas alcaldías, buscando implementar políticas públicas que aseguren que el recurso sea distribuido de forma equitativa y sin ningún tipo de condicionamiento.

 

Reto de las políticas públicas en la crisis del agua

Arriaga llamó a que el enfoque en la distribución de agua sea transversal e interseccional, considerando las variables de pobreza, género y discapacidad. “Las mujeres, especialmente en las zonas más pobres, están expuestas a abusos y violencia debido a la dependencia que tienen para satisfacer las necesidades básicas de sus familias,” afirmó, sugiriendo que cualquier política de abastecimiento debe tomar en cuenta estos factores para prevenir la explotación y los abusos.

 

El especialista instó a las autoridades a desarrollar un mecanismo de control que supervise a los operadores de pipas y asegure que el servicio se brinde sin condiciones. En sus palabras, el agua “es un derecho, no una mercancía ni una herramienta de abuso”.

 

Acciones

El anuncio de la investigación por parte de Clara Brugada ha generado una gran expectativa en la comunidad. Se espera que el gobierno de la Ciudad de México tome acciones concretas para garantizar la seguridad de las mujeres y asegurar un acceso digno al agua. El secretario de Agua y Gestión Sustentable ha mencionado que se iniciará una revisión de los protocolos de entrega de agua en pipas, mientras que se prevé la implementación de medidas de control para evitar abusos.

 

Mientras tanto, las comunidades afectadas continúan enfrentando la escasez de agua y los riesgos asociados a la dependencia de las pipas. Para muchas mujeres de Iztapalapa y Xochimilco, el acceso a este recurso vital sigue siendo un reto diario que implica, en ocasiones, someterse a situaciones de abuso.

 

La investigación anunciada representa un primer paso hacia el cambio, aunque muchos especialistas y miembros de la comunidad insisten en que se requiere una vigilancia activa y constante para prevenir futuros abusos. La ciudadanía espera que las autoridades capitalinas trabajen para asegurar un acceso justo y equitativo al agua, sin que las mujeres de estas comunidades se vean obligadas a pagar un costo tan alto para satisfacer sus necesidades más esenciales.