La reelección de Rosario Piedra Ibarra al frente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ha desatado un fuerte rechazo en el ámbito político y entre colectivos de derechos humanos. Frente a los senadores, 12 de 13 organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos humanos alzaron la voz en contra de su posible reelección, argumentando que su gestión no ha cumplido con los compromisos adquiridos y solicitando que el Senado elija a una persona independiente y sin vínculos partidistas para encabezar la CNDH en el próximo periodo.
Los representantes de diversos colectivos coincidieron en que la actual titular no ha logrado transformar la institución en un organismo verdaderamente autónomo, cercano a las víctimas y comprometido con la defensa de los derechos humanos en un país que atraviesa una grave crisis en esta materia. Las críticas fueron severas, y se hizo un llamado unánime para restaurar la credibilidad y la independencia de la CNDH.
Colectivos: Un llamado a la independencia
Ángela Guerrero Alcántara, representante de CEA Justicia Social, fue una de las más contundentes en su intervención, al señalar que antes de considerar cualquier reelección, es imprescindible llevar a cabo un ejercicio de rendición de cuentas sobre la gestión de Piedra Ibarra. Guerrero destacó que la titular de la CNDH no cumplió con los compromisos que asumió al presentar su plan de trabajo en el Senado y que, más allá de las pugnas políticas, la comisión necesita a alguien que sea independiente y que recupere su capacidad de proteger a las víctimas.
Por su parte, Marcia Itzel Checa Gutiérrez, del Observatorio de Designaciones Públicas, subrayó la importancia de elegir a una persona que no tenga conflictos de interés y que pueda actuar con total imparcialidad. “Estamos en una crisis de derechos humanos en el país, y la CNDH necesita a alguien que no esté vinculado con el gobierno o los partidos políticos. Es fundamental que el próximo titular sea independiente y transparente, y que tenga un compromiso claro con los derechos humanos”, afirmó.
María Vega, de México Unido Contra la Delincuencia, expresó que el perfil del nuevo titular debe ser idóneo y cercano a las víctimas. “La CNDH no puede seguir siendo un ente pasivo. Necesitamos a alguien que, con valentía, señale a quienes son responsables de violaciones a los derechos humanos, sin importar su poder o influencia”, indicó Vega.
Críticas al desempeño de Rosario Piedra
La gestión de Rosario Piedra ha sido objeto de severas críticas desde distintos sectores, que han cuestionado la falta de independencia de la institución bajo su liderazgo. Los diputados panistas, por ejemplo, se presentaron con cubrebocas negros con la leyenda “CNDH censura”, así como con mantas que decían “La CNDH no te defiende, te censura”, en clara alusión a lo que consideran una gestión alineada con el partido en el poder y carente de autonomía.
Laura Paredes Chamu, del Colectivo Todas y Todos por los Derechos de Michoacán (Todehumi), fue enfática al señalar que la reelección de Piedra sería “incongruente” para el partido en el poder, que ha hecho un llamado a no perpetuar cargos mediante reelecciones. Paredes Chamu recordó las palabras de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien se pronunció en contra de las reelecciones para garantizar la independencia de los organismos públicos.
Santiago Aguirre Espinoza, del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Prodh, coincidió con este enfoque y añadió que la CNDH necesita un liderazgo proactivo y concentrado en las víctimas. “No acompañamos la idea de la reelección de la actual titular, no por una cuestión personal, sino porque la naturaleza del organismo exige un perfil independiente, autónomo y que actúe como un verdadero contrapeso”, comentó Aguirre.
Petición de un cambio en la CNDH
La demanda de los colectivos no se limita únicamente a criticar la gestión de Rosario Piedra, sino que también pone sobre la mesa la necesidad urgente de elegir a una persona que pueda devolverle a la CNDH su rol como defensor de los derechos humanos en el país.
María Sirvent Bravo Ahuja, de la organización Documenta A.C., recalcó que la nueva titularidad debe centrarse en garantizar que la justicia sea accesible para quienes más la necesitan. “Necesitamos a alguien que no solo investigue violaciones a los derechos humanos, sino que lo haga de manera exhaustiva y efectiva. La CNDH no puede ser vista como un organismo pasivo frente a las violaciones de derechos que ocurren diariamente”, explicó Sirvent.
Yaqueline Daniela González López, del Consejo Consultivo de Derechos Humanos de los Pueblos, añadió que la persona que encabece la CNDH debe estar altamente calificada, con títulos universitarios correspondientes y experiencia como activista o periodista. Para González, esto garantizaría que las quejas sean atendidas de manera rápida y eficiente, con respuestas expeditas para quienes buscan justicia.
Pedro Cárdenas Casillas, de la organización Artículo 19, también hizo hincapié en la importancia de contar con una persona apartidista en la presidencia de la CNDH. “La libertad de expresión no es un lujo, es parte esencial de la democracia. Quien asuma este cargo debe tener una noción clara de la violencia y la impunidad que enfrentan los periodistas y la prensa en nuestro país”, comentó Cárdenas, en referencia a la alarmante situación de violencia contra periodistas en México.
Avances medibles, pero insuficientes
En medio de las críticas, una sola voz se alzó en defensa de Rosario Piedra. Jorge Alfonso Victoria Maldonado, representante de una de las pocas organizaciones que no se opuso a la reelección, señaló que durante la gestión de Piedra Ibarra ha habido avances medibles y verificables en algunas áreas, además de un cumplimiento con la ley. Sin embargo, esta postura fue minoritaria frente al abrumador rechazo de la mayoría de los colectivos.
Victoria Maldonado argumentó que se han registrado progresos en materia de derechos humanos, aunque no ofreció detalles específicos sobre los logros que atribuye a la actual administración de la CNDH. Aun así, su postura no fue suficiente para contrarrestar el clamor generalizado por un cambio en la presidencia del organismo.
El Senado tendrá la tarea de decidir si mantiene a Piedra Ibarra en el cargo o si opta por un nuevo perfil que recupere la confianza en la CNDH. Lo que está claro es que la institución necesita un liderazgo fuerte, imparcial y comprometido con la justicia, en un momento en el que México enfrenta una grave crisis de derechos humanos. Las voces que exigen un cambio en la dirección de la CNDH piden, en esencia, que el organismo vuelva a ser el faro de defensa que el país tanto necesita.