22 noviembre, 2024

 

Rosario Piedra Ibarra, actual presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), ha formalizado su registro en el Senado de la República para contender por un segundo periodo al frente de la institución. Su anuncio ha generado reacciones en diversos sectores del país, tanto de apoyo como de crítica, en un contexto en el que los derechos humanos se mantienen como un tema prioritario para el gobierno y la sociedad.

 

Piedra Ibarra, quien asumió la presidencia de la CNDH en noviembre de 2019, ha centrado su gestión en un enfoque de transformación del organismo, alineado con las políticas del actual gobierno federal. Su mandato ha estado marcado por un discurso que pone en el centro a las víctimas de violaciones a los derechos humanos y por una postura más cercana al presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que ha suscitado tanto respaldo como cuestionamientos. Ahora, busca extender su proyecto por otros cinco años, con la promesa de profundizar las reformas iniciadas en su primer mandato.

 

Mensaje de continuidad y compromiso con las víctimas

En un mensaje dirigido a las trabajadoras y trabajadores de la CNDH, Rosario Piedra destacó los avances logrados durante su gestión y agradeció a quienes le han expresado su apoyo para buscar la reelección. Subrayó la importancia de continuar con el proceso de transformación que ha encabezado en la institución, asegurando que la CNDH ha puesto a las víctimas como eje central de su trabajo.

 

“Nuestra prioridad ha sido y sigue siendo atender a las víctimas”, afirmó Piedra en su comunicado, reafirmando su compromiso de mantener el enfoque en la protección y defensa de los derechos humanos. También hizo un llamado al personal del organismo para que el trabajo continúe sin distracciones, pidiendo que ningún recurso de la CNDH sea utilizado en su promoción personal.

 

“El trabajo de la Comisión no debe verse afectado por mi campaña”, puntualizó, destacando que su colaborador Francisco Estrada Correa coordinará las labores de su campaña de manera independiente y sin utilizar recursos públicos.

 

Este énfasis en la transparencia y la correcta gestión de los recursos es una respuesta a los críticos que han cuestionado su cercanía con el gobierno federal y el impacto que ello podría tener en la independencia del organismo. En este contexto, Piedra Ibarra ha sido enfática en señalar que su gestión busca fortalecer a la CNDH como un defensor imparcial de los derechos humanos en el país.

 

Mandato polémico pero con avances

Desde su llegada a la CNDH, Rosario Piedra ha sido objeto de controversia. Su elección en 2019 estuvo rodeada de críticas, principalmente por parte de sectores de la oposición, quienes cuestionaron el proceso que la llevó a la presidencia de la comisión. A pesar de estos señalamientos, Piedra ha defendido su gestión, asegurando que ha traído un enfoque renovado y más acorde a las necesidades actuales de México.

 

Uno de los puntos más destacados de su gestión ha sido el enfoque en los derechos de las víctimas, un cambio de perspectiva que ha sido recibido de manera positiva por varios grupos sociales, aunque también ha sido visto con recelo por quienes consideran que la CNDH ha adoptado una postura demasiado cercana al gobierno de López Obrador.

 

Durante su primer mandato, la CNDH ha enfrentado varios desafíos, incluyendo un aumento en las denuncias de violaciones a los derechos humanos, especialmente en áreas relacionadas con la seguridad pública y el sistema penitenciario. De acuerdo con datos del propio organismo, estos sectores han sido los que más quejas han generado en los últimos cinco años. La institución ha trabajado en la emisión de recomendaciones y en la investigación de casos relacionados con abuso policial, violaciones en centros de detención, y problemas estructurales dentro del sistema de justicia.

 

Caminos hacia la reelección

La posibilidad de reelección en la presidencia de la CNDH no está prohibida por ley, aunque tampoco ha sido una práctica común en el organismo. De lograrse, Piedra Ibarra se convertiría en la primera presidenta de la CNDH en ejercer un segundo mandato, lo que podría sentar un precedente para futuras gestiones.

 

En cuanto a la candidatura de Piedra, se ha generado un debate entre los sectores que apoyan su continuidad y aquellos que buscan un cambio de liderazgo. Quienes respaldan su reelección destacan los avances en el enfoque hacia las víctimas y la reforma de la CNDH para hacerla más accesible a la ciudadanía. Sin embargo, sus críticos sostienen que su gestión ha sido demasiado politizada, lo que podría comprometer la independencia del organismo en la defensa de los derechos humanos.

 

A pesar de estos cuestionamientos, Piedra Ibarra ha reiterado su voluntad de seguir adelante con la transformación de la CNDH, señalando que todavía queda mucho trabajo por hacer. En su mensaje, la presidenta hizo hincapié en la necesidad de consolidar los cambios implementados hasta ahora, y pidió el apoyo de los legisladores para continuar con su proyecto.

 

Apoyo de los sectores gubernamentales y las críticas de la oposición

La campaña de reelección de Rosario Piedra Ibarra no está exenta de tensión política. Desde su nombramiento, ha mantenido una relación cercana con el gobierno federal, lo que ha generado críticas de la oposición que la acusan de no mantener la independencia del organismo. En este sentido, la oposición ha argumentado que la CNDH bajo su liderazgo ha sido más tolerante con las acciones del gobierno y menos crítica ante posibles violaciones de derechos humanos.

 

Aun así, los defensores de su reelección dentro del partido oficialista Morena destacan la importancia de mantener la continuidad en la dirección de la CNDH. Consideran que los avances logrados en los últimos años son clave para fortalecer la defensa de los derechos humanos en el país y que un cambio de liderazgo podría poner en riesgo estos logros.

 

Por su parte, Rosario Piedra ha tratado de distanciarse de estas críticas, insistiendo en que su objetivo es la transformación de la CNDH y no un apoyo político al gobierno. “Mi compromiso es con las víctimas y con la defensa de los derechos humanos, no con intereses políticos”, ha señalado en varias ocasiones.

 

La reelección de Rosario Piedra Ibarra en la CNDH es un tema que polariza tanto a la clase política como a la sociedad civil. Mientras algunos ven en su continuidad una oportunidad para profundizar la transformación del organismo, otros temen que su cercanía con el gobierno federal pueda comprometer la independencia de la comisión.

 

El Senado tendrá la última palabra sobre su reelección, pero lo cierto es que, en caso de obtener un segundo mandato, Rosario Piedra enfrentará grandes retos. Con un país que sigue enfrentando problemas graves en materia de derechos humanos, como la violencia de género, las desapariciones forzadas y la situación en los centros penitenciarios, la CNDH tendrá que redoblar esfuerzos para cumplir con su mandato.

 

Por ahora, Rosario Piedra Ibarra ha dejado claro que está decidida a continuar al frente de la CNDH, con la esperanza de consolidar los cambios que ha iniciado. En sus propias palabras: “Aún hay mucho por hacer para garantizar que los derechos humanos sean una realidad para todas y todos los mexicanos”.