21 noviembre, 2024

 

Trascendio que el ambiente al interior del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados se tensó drásticamente tras la reciente imposición de 15 presidencias de comisiones legislativas por parte de Pedro Haces Barba, operador político de Ricardo Monreal. Se dio a conocer que la madrugada del jueves 10 de octubre de 2024, un sector significativo de los legisladores de Morena mostró su descontento ante lo que consideraron una serie de decisiones autoritarias y amenazas, generando una fractura interna en el partido.

 

Madrugada de la discordia

Todo comenzó durante la noche del miércoles y la madrugada del jueves, cuando mientras el pleno discutía la reforma para devolver a Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal de Electricidad el carácter de empresas públicas, Pedro Haces Barba, cercano colaborador de Monreal, se dedicaba a recolectar firmas en respaldo de una planilla única para la asignación de presidencias en las comisiones de la Cámara de Diputados. Este proceso, que algunos describieron como apresurado y forzado, generó fuertes críticas internas.

 

La sesión, que comenzó a las 3:30 de la madrugada, se llevó a cabo en una reunión privada donde, según varios diputados, Haces Barba recurrió a presiones, e incluso amenazas, para asegurar el control de las comisiones. Una fuente anónima entre los legisladores de Morena comentó: “El tono de la reunión fue inaceptable. Las amenazas estaban presentes todo el tiempo, incluso algunas muy serias. No es la forma en la que un partido que promueve la transformación debería actuar”.

Salida masiva de diputados

La situación escaló rápidamente, y alrededor de 50 legisladores decidieron abandonar la plenaria morenista en señal de protesta. Entre ellos se encontraban importantes figuras del partido, cercanas a la presidenta Claudia Sheinbaum y al secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quienes también han manifestado su inconformidad con las acciones de Monreal y su equipo.

 

Gabriela Jiménez, vicecoordinadora de Morena, explicó su decisión de retirarse: “No podemos ser cómplices de una toma de decisiones que no respeta los principios de la democracia interna del partido. Esto va en contra de todo lo que Morena representa”. Junto a Jiménez, también se marcharon Alfonso Ramírez Cuéllar, Juan Hugo de la Rosa, Manuel Espino y Xóchitl Zagal, todos ellos manifestando su malestar por las formas en que se condujo la reunión.

El “charrismo sindical” como método de control

Uno de los elementos más criticados por los legisladores fue el uso de prácticas que consideraron propias del “charrismo sindical”. Esta expresión fue utilizada por varios diputados para describir las acciones de Haces Barba, quien, según informes, llegó a amenazar a compañeros que se oponían a su planilla única. Un diputado que prefirió mantenerse en el anonimato relató: “En un momento, a uno de mis compañeros le dijo ‘Yo te conozco, sé por dónde andas’. Eso no es una forma aceptable de llevar a cabo un proceso tan importante”.

 

También trascendió que un grupo de legisladores inconformes redactó un documento en el que se denunciaba la “presión y coacción del voto”, sin embargo, a pesar de la gravedad de las acusaciones, este escrito no fue difundido, probablemente debido al temor de represalias dentro del partido.

Papel de Monreal y la figura de Haces Barba

Ricardo Monreal, quien ha sido un actor clave en la política de Morena, no estuvo presente en la mayor parte de la reunión. Delegó el control total de la misma a Pedro Haces Barba, quien ha sido definido por Monreal como “mi segundo” en la toma de decisiones. Monreal ha defendido públicamente a Haces Barba, argumentando que es una figura que “me ayuda mucho en la operación política”. Las acciones recientes de su colaborador han puesto en entredicho su liderazgo dentro de Morena.

 

En cuanto a los nombramientos de las presidencias de las comisiones, Haces Barba presentó una lista con 150 firmas en apoyo a su planilla. A pesar de la protesta de los 50 legisladores que abandonaron la plenaria, el proceso continuó y se formalizaron las asignaciones, lo que generó aún más división en el partido.

Uno de los momentos más tensos de la reunión ocurrió cuando Leonel Godoy, recientemente nombrado presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, intentó intervenir para moderar la situación, pero  su intento fue rápidamente bloqueado por un grupo de diputadas cercanas a Monreal, quienes lo acallaron a gritos. Esto fue visto como una muestra clara de la división interna que está afectando al partido en este momento.

 

A su vez, Olga Sánchez Cordero, exsecretaria de Gobernación y una de las figuras más respetadas dentro de Morena, no estuvo presente en la plenaria. Sorprendentemente, Sánchez Cordero no fue considerada para presidir la mesa directiva de la Cámara ni ninguna comisión, lo que muchos interpretan como un distanciamiento del grupo de poder encabezado por Monreal.

Repercusiones políticas dentro de Morena

La rebelión de los diputados ha dejado una marca profunda en la cohesión interna de Morena. Las diferencias entre los distintos grupos del partido, particularmente los cercanos a Sheinbaum, Ebrard y Monreal, se han hecho más evidentes. La forma en que se manejaron las presidencias de las comisiones ha puesto en duda la capacidad de Monreal para mantener la unidad en un momento en el que el partido necesita cohesión para enfrentar desafíos legislativos importantes.

 

Alfonso Ramírez Cuéllar, uno de los diputados que abandonó la sesión, afirmó: “Este tipo de imposiciones no representan lo que Morena defiende. Si permitimos que estas prácticas continúen, estamos traicionando a la gente que confió en nosotros para cambiar el país”.

El conflicto interno en Morena plantea interrogantes sobre el futuro del partido y su capacidad para actuar con cohesión en las votaciones próximas, incluida la crucial reforma judicial que se discutirá en la Cámara de Diputados el próximo lunes. Las divisiones pueden dificultar la obtención de mayorías necesarias para avanzar en la agenda legislativa del gobierno.

 

Mientras tanto, se espera que los legisladores que se rebelaron contra Monreal busquen fortalecer su posición dentro del partido, lo que podría derivar en nuevos enfrentamientos internos en las próximas semanas. Aunque Monreal sigue siendo una figura central en Morena, el descontento creciente podría limitar su influencia en futuras decisiones.