El Premio Nobel de la Paz fue otorgado a la organización japonesa Nihon Hidankyo, que agrupa a sobrevivientes de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki en 1945. El comité noruego reconoció los esfuerzos del grupo, fundado en 1956, por su incansable labor a favor de un mundo libre de armas nucleares. “Nihon Hidankyo ha demostrado con sus testimonios que las armas nucleares no deben volver a ser utilizadas jamás“, declaró Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité Nobel.
Toshiyuki Mimaki, copresidente de Nihon Hidankyo, se mostró sorprendido y emocionado por el galardón. “Nunca soñé que esto podría suceder“, expresó. Este premio destaca la importancia de mantener el “veto sobre el uso de armas nucleares”, el cual, según Frydnes, está “bajo presión” en la actualidad.
El secretario general de la ONU, António Guterres, felicitó a Nihon Hidankyo y aprovechó la ocasión para reiterar su llamado a la eliminación total de las armas nucleares. “Los hibakusha, sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki, son testigos conmovedores del aterrador costo humano de estas armas“, señaló. Guterres insistió en que las armas nucleares son “artefactos de muerte” y que su eliminación es la única forma de garantizar la seguridad mundial.
En una conferencia de prensa, Mimaki comparó la situación actual en la Franja de Gaza con la devastación vivida en Japón al final de la Segunda Guerra Mundial. “En Gaza, los padres cargan a niños ensangrentados, como ocurrió en Japón hace 80 años“, afirmó. Mimaki también advirtió sobre los peligros de que las armas nucleares caigan en manos de terroristas o sean utilizadas en conflictos actuales, como en Ucrania o Gaza.
El premio será entregado en una ceremonia en Oslo el 10 de diciembre, junto con una medalla de oro, un diploma y un cheque por un millón de dólares. Este año, el Nobel de la Paz se une a los premios de Medicina, Física, Química y Literatura, cerrando la temporada de galardones con el Nobel de Economía el próximo lunes.