5 octubre, 2024

 

Nuevas controversias para la cuarta transformación, mientras vemos reformas y eventos donde son utilizados los pueblos indígenas como parte importante de su proyecto social y para justificar obras del Obradorismo, en contraste en el municipio de Papantla, Veracruz, hogar de la comunidad indígena Ojital Viejo, se ha visto gravemente afectado por un derrame de hidrocarburos que pone en riesgo tanto la salud de los habitantes como el medio ambiente de la región.

 

El derrame, que lleva más de 42 días sin ser atendido de manera efectiva, ha generado indignación y preocupación entre los vecinos y diversas organizaciones civiles, quienes acusan a Petróleos Mexicanos (Pemex) de negligencia.

 

Inicio del problema: Derrame descubierto el 21 de Agosto

El 21 de agosto de 2024, los habitantes de Ojital Viejo detectaron un fuerte olor a azufre en la parte alta de la comunidad,  que los alertó de un posible problema en las instalaciones de Pemex. Al investigar la fuente del olor, se dieron cuenta de que uno de los oleoductos que atraviesa la comunidad había sufrido una fuga, provocando un derrame que ha contaminado gravemente la zona. Este oleoducto, junto con otros gasoductos en la región, tiene más de 70 años de antigüedad, lo que ha generado una serie de incidentes a lo largo del tiempo.

 

Los efectos inmediatos del derrame fueron evidentes: animales domésticos y especies nativas de la región comenzaron a morir, mientras que los pozos de agua y las parcelas de cultivo resultaron contaminados. La fuga también ha afectado a poblaciones cercanas, como el municipio de Coatzintla, por donde pasa el afluente del río Cazones, uno de los más importantes de la región y que desemboca en el Golfo de México.

 

Reacción de las Organizaciones Civiles

Ante la falta de respuesta oportuna por parte de Pemex y de las autoridades gubernamentales, diversas organizaciones civiles han levantado la voz para denunciar la situación. La Alianza Mexicana contra el Fracking, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), CartoCrítica y Greenpeace México, junto con otras 14 organizaciones, denunciaron públicamente la negligencia de Pemex al no implementar medidas efectivas para contener el derrame y remediar los daños.

 

En un recorrido realizado los días 28 y 29 de septiembre, integrantes de la Alianza Mexicana contra el Fracking documentaron las pésimas condiciones en las que Pemex estaba abordando el problema. Durante este recorrido, se constató que apenas ocho trabajadores de la petrolera estaban intentando controlar el derrame, sin el equipo adecuado y utilizando herramientas rudimentarias. Lo más alarmante fue la falta de medidas de seguridad, ya que simplemente removían el suelo contaminado con hidrocarburos y lo dejaban a un costado del arroyo, exponiendo aún más la tierra y el agua a la contaminación, especialmente con las lluvias que continuaron en la región a partir del 1 de octubre.

 

Testimonios de la Comunidad: Indignación y Exigencias

Los habitantes de Ojital Viejo y de comunidades vecinas como El Chote, en Coatzintla, han expresado su indignación por el trato recibido tanto por Pemex como por las autoridades. Según los testimonios recabados por las organizaciones civiles, las autoridades locales y federales han mostrado una actitud despectiva y discriminatoria hacia los habitantes indígenas, sin proporcionarles la información adecuada sobre el derrame ni implementar planes para frenar los daños o atender las necesidades de la población.

 

“Nos sentimos abandonados”, comentó una de las líderes comunitarias, quien prefirió mantener el anonimato. “Han pasado más de 40 días y no hemos recibido ninguna respuesta clara sobre lo que está pasando. Vemos morir a nuestros animales, nuestros cultivos están contaminados y el agua que bebemos ya no es segura”.

 

Ante la falta de respuesta, los habitantes de Ojital Viejo se han organizado en brigadas comunitarias para atender las necesidades urgentes, como el rescate de fauna afectada y la limpieza de las áreas más contaminadas. También han hecho un llamado a la sociedad en general para que se sumen como voluntarios y ayuden a mitigar el impacto del derrame.

 

Impacto Ambiental y Riesgos para la Salud

El derrame de hidrocarburos ha provocado una severa afectación a la flora y fauna local, poniendo en riesgo no solo la biodiversidad de la región, sino también la salud de las personas. Los pozos de agua, que son la principal fuente de abastecimiento para la comunidad, han sido contaminados, lo que ha forzado a muchas familias a buscar alternativas para acceder a agua potable.

 

Los riesgos para la salud son altos, ya que el contacto con hidrocarburos puede causar problemas respiratorios, afectaciones en la piel y, en casos más graves, intoxicaciones. Además, el consumo de agua contaminada por hidrocarburos representa un grave peligro para los habitantes, especialmente para los niños y los adultos mayores, quienes son más vulnerables a los efectos de estos compuestos.

 

Organizaciones como el CEMDA han advertido que si no se toman medidas inmediatas para contener el derrame y limpiar la zona, las consecuencias podrían ser catastróficas. “Estamos ante una emergencia ambiental y de salud pública que debe ser atendida de manera urgente”, señaló uno de los representantes del CEMDA en un comunicado.

 

Respuesta de Pemex y el Gobierno

Hasta el momento, la respuesta de Pemex ha sido insuficiente. A pesar de la gravedad del derrame, la empresa estatal no ha emitido un plan claro para remediar la situación, limitándose a enviar pequeños equipos de trabajo a la zona, sin los recursos necesarios para enfrentar el problema. Los habitantes de Ojital Viejo han solicitado la intervención del gobierno federal, exigiendo que se tomen acciones concretas para detener el derrame y compensar los daños ocasionados.

 

Por su parte, las autoridades locales han señalado que están en contacto con Pemex para coordinar esfuerzos, pero los avances han sido escasos. Mientras tanto, la comunidad sigue enfrentando las consecuencias de un desastre que parece no tener fin.

Llamado a la Acción

Las organizaciones civiles y los habitantes de Ojital Viejo han lanzado un llamado a la sociedad para que se sumen a la causa y exijan una respuesta inmediata por parte de las autoridades y Pemex. En redes sociales, activistas han iniciado campañas para visibilizar la situación, invitando a voluntarios y expertos a colaborar en las brigadas de rescate y limpieza.

 

“Necesitamos que se escuche nuestra voz. No podemos permitir que este desastre siga creciendo sin que nadie haga nada”, expresó uno de los líderes comunitarios durante una manifestación realizada el pasado 30 de septiembre.

El derrame de hidrocarburos en la comunidad indígena de Ojital Viejo es un claro ejemplo de los riesgos que conlleva la falta de mantenimiento y supervisión de las infraestructuras de Pemex. La afectación ambiental y humana es profunda, y la respuesta de las autoridades ha sido, hasta ahora, insuficiente. La comunidad y las organizaciones civiles continuarán luchando por la atención y el apoyo que necesitan para superar esta crisis, mientras hacen un llamado a la sociedad para unirse a su causa.