22 noviembre, 2024

 

Este 2 de octubre de 2024, en el marco del 56 Aniversario de la masacre estudiantil de 1968, el gobierno de México, bajo la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, marcó un precedente al ofrecer una disculpa pública por los trágicos eventos ocurridos en la Plaza de las Tres Culturas, Tlatelolco. Este gesto histórico fue encabezado por la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, quien en un emotivo discurso expresó la responsabilidad del Estado mexicano en uno de los episodios más oscuros de la historia contemporánea del país.

 

En la primera conferencia mañanera de Claudia Sheinbaum como presidenta de la República, el tema central fue la matanza del 2 de octubre de 1968, en la que cientos de estudiantes fueron reprimidos y asesinados bajo el mandato del entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz. Cumpliendo con la instrucción de la mandataria, Rosa Icela Rodríguez se dirigió al pueblo de México para ofrecer una disculpa pública a nombre del Estado por los crímenes de lesa humanidad cometidos hace más de cinco décadas.

 

En cumplimiento a la instrucción de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, y con la convicción de la responsabilidad histórica que han otorgado a este gobierno millones de mexicanas y mexicanos, me dirijo a ustedes para pronunciarnos, en nombre del Estado mexicano, por los actos de violencia cometidos el 2 de octubre de 1968”, declaró Rodríguez Velázquez.

 

Durante su intervención, la funcionaria recordó que los crímenes perpetrados esa noche fueron ideados, ejecutados y encubiertos desde las más altas esferas del poder público, con la responsabilidad directa del expresidente Díaz Ordaz y su gabinete. “Este acto de represión contra el movimiento estudiantil y social dejó decenas de muertos, heridos, detenidos extrajudicialmente y torturados”, mencionó.

 

La disculpa fue dirigida especialmente a las madres, padres, hermanos, familiares y sobrevivientes de aquel oscuro episodio. “Como gobierno de la transformación, tenemos la responsabilidad de garantizar que se reconozcan los crímenes perpetrados hace 56 años. Y por ese motivo, el Estado mexicano ofrece una sentida disculpa pública a todas las personas que perdieron a un ser querido o a quienes fueron víctimas de los crímenes de lesa humanidad cometidos la noche del 2 de octubre de 1968”, afirmó Rosa Icela Rodríguez, enfatizando que la memoria es esencial para evitar que hechos como estos vuelvan a repetirse.

 

Significado histórico de la disculpa

Este acto de disculpa pública es particularmente simbólico, pues fue ofrecido desde la Secretaría de Gobernación, la misma institución que en 1968 instrumentó la represión al pueblo. “Es importante porque ahora, desde este mismo espacio donde se impulsó la violencia, reafirmamos nuestro compromiso de garantizar las libertades y los derechos humanos”, concluyó la secretaria, destacando que la transformación que vive el país no solo es política, sino también un reconocimiento de las injusticias del pasado.

 

Decreto de la presidenta Sheinbaum

En el mismo contexto, la consejera jurídica de la Presidencia, Ernestina Godoy, dio a conocer el contenido de un decreto presidencial emitido por Claudia Sheinbaum. Este decreto tiene como objetivo central garantizar la no repetición de actos represivos como los sucedidos en 1968 y se enmarca en la agenda de transformación que ha caracterizado la gestión de Sheinbaum, comprometida con los derechos humanos y la justicia social.

 

Los puntos principales del decreto incluyen:

  1. Reconocimiento político y jurídico a las víctimas de la matanza del 68, asegurando que sus derechos queden protegidos.
  2. Compromiso del Estado mexicano con la no repetición de atrocidades, asegurando que los actos de represión y violencia contra la población no vuelvan a ocurrir.
  3. Como Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, Sheinbaum ha girado instrucciones claras para que nunca más las fuerzas armadas o sus elementos sean utilizados para reprimir o atacar al pueblo mexicano.

 

Este decreto, de gran relevancia histórica, refuerza el compromiso del gobierno de Sheinbaum de no utilizar la violencia de Estado como herramienta política y de fomentar una cultura de paz y respeto a los derechos humanos en todos los niveles de la sociedad.

El acto de disculpa pública y el decreto presidencial han sido recibidos con emociones encontradas por diversos sectores de la sociedad. Por un lado, muchos activistas y defensores de derechos humanos aplaudieron el gesto como un paso importante hacia la justicia y el reconocimiento de los crímenes cometidos por el Estado en el pasado. Organizaciones como el Comité 68 Pro Libertades Democráticas destacaron que la disculpa y el decreto son un avance hacia la reparación del daño a las víctimas y sus familias.

 

“Es un reconocimiento tardío, pero necesario. Es el primer paso para comenzar a sanar las heridas que dejó el 2 de octubre de 1968”, expresó Félix Hernández Gamundi, exlíder del Movimiento Estudiantil del 68. Para él, el compromiso del gobierno con la no repetición es crucial para garantizar que las generaciones futuras vivan en un país donde se respeten las libertades y los derechos humanos.

 

Por otro lado, algunos sectores críticos cuestionaron si este gesto simbólico será seguido por acciones concretas para que los responsables, tanto intelectuales como materiales, enfrenten la justicia. A pesar de que muchos de los autores intelectuales de la represión de 1968 han fallecido, todavía hay quienes consideran que se deben abrir investigaciones para identificar a los responsables materiales que participaron en la represión.

 

Nuevo capítulo en la historia de México

Con la disculpa pública y el decreto presidencial, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha dado un paso importante hacia la reconciliación histórica y la reparación de los crímenes del pasado. Estos actos no solo reafirman el compromiso del actual gobierno con los derechos humanos, sino que también envían un mensaje claro: el Estado no volverá a utilizar la violencia como herramienta de control.

 

El 2 de octubre de 1968 sigue siendo una herida abierta en la memoria colectiva de México, pero con gestos como este, el país avanza hacia la construcción de una sociedad más justa, democrática y respetuosa de los derechos de todos sus ciudadanos. Las palabras de Rosa Icela Rodríguez y el decreto de Claudia Sheinbaum son un recordatorio de que la memoria histórica es clave para evitar repetir los errores del pasado.

 

Al concluir su participación en la conferencia, Rodríguez Velázquez reiteró que el compromiso del gobierno es firme: “No olvidaremos el 2 de octubre. Hoy, desde el corazón del gobierno, ofrecemos esta disculpa con la esperanza de que nunca más se cometan actos de violencia y represión contra el pueblo mexicano”.