Este 2 de octubre de 2024, la Plaza de las Tres Culturas fue nuevamente el escenario de la conmemoración del Movimiento Estudiantil de 1968, uno de los episodios más oscuros de la historia contemporánea de México. Bajo un cielo gris y en medio de un ambiente de solemnidad y reflexión, autoridades, activistas y sobrevivientes del movimiento se reunieron para rendir homenaje a los cientos de estudiantes que fueron brutalmente reprimidos hace 56 años por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.
La jornada, encabezada por el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, se centró en mantener viva la memoria de aquellos que lucharon por la democracia y las libertades en el país. Durante su intervención, Batres destacó la importancia del Movimiento del 68 en la transformación política y social de México, subrayando que el evento no solo cambió la cultura política, sino que también abrió las puertas a nuevas corrientes de pensamiento como el feminismo y la diversidad sexual.
Legado que perdura
El jefe de gobierno comenzó su discurso reconociendo el papel central que el Movimiento Estudiantil de 1968 ha jugado en la historia reciente de México, afirmando que este suceso marcó el fin de lo que él llamó “la Tercera Transformación”, refiriéndose a la Revolución Mexicana. “El gobierno de 1968, surgido de esa Revolución, masacró a sus hijos, a la juventud forjada en la educación pública superior que se desarrolló precisamente como parte de los frutos más sensibles de la Revolución de 1910-1917”, señaló Batres, haciendo referencia al papel de las universidades públicas en la formación de una generación crítica.
La represión del 68, según Batres, destruyó la alianza social que sostenía al régimen posrevolucionario. “Es el poder civil de aquel entonces el que ordena la represión”, añadió, refiriéndose a la operación dirigida por el entonces presidente Díaz Ordaz y su secretario de Gobernación, Luis Echeverría. Sin embargo, el jefe de gobierno también subrayó que el Movimiento del 68 fue fundamental para el surgimiento de nuevas formas de organización y pensamiento que siguen vigentes en la actualidad.
La transformación desde abajo
Batres también resaltó cómo el Movimiento del 68 transformó la política y la cultura desde abajo, generando cambios profundos en universidades, movimientos sociales y en la vida cultural de México. “El 68 transforma las universidades, logra la masificación de la educación superior, incorpora el nuevo pensamiento crítico a las ciencias sociales, genera activistas que se incorporan a movimientos urbanos en la periferia de la ciudad, abre las puertas a nuevas ideas como el feminismo o la diversidad sexual”, explicó.
El jefe de gobierno también destacó que las demandas de los estudiantes del 68 no se limitaron a la política, sino que también se extendieron a las organizaciones sociales, sindicales e instituciones educativas, poniendo en el centro la lucha por la democracia y las libertades.
“El Movimiento del 68 hace surgir nuevas editoriales, nuevas líneas literarias, nuevos géneros musicales, nuevas pautas de conducta y expresiones de contracultura; la sociedad cambió y cambió mucho más rápido que el poder”, añadió Batres.
Homenaje a la memoria y a la justicia
La conmemoración también contó con la presencia de Félix Hernández Gamundi, ex líder del Movimiento del 68 y coordinador del Comité Pro Libertades Democráticas, quien hizo un llamado a no olvidar la demanda central del movimiento: justicia. “Mantener la memoria es siempre muy importante porque es una garantía de que no olvidaremos la demanda principal, que es la justicia. Es buscar garantía de que la impunidad no sea lo que perviva, sino que sea la memoria y la justicia lo que nos lleve a un país verdaderamente democrático”, expresó.
Hernández Gamundi destacó la importancia de que el Estado mexicano reconozca su responsabilidad en los crímenes de 1968 y pidió que se avance en las investigaciones sobre los responsables materiales e intelectuales de la masacre. Además, celebró el decreto emitido por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien en su primer acto como mandataria pidió disculpas al pueblo mexicano en nombre del Estado por las agresiones de 1968.
“El tema no es un asunto de venganza, el tema es que la justicia tiene que actuar”, señaló Hernández Gamundi, quien recordó que si bien muchos de los responsables de la represión ya han fallecido, todavía hay autores materiales que permanecen impunes.
Reconocimiento y cambio simbólico
Uno de los momentos más emotivos del evento fue cuando Batres anunció la restauración de la Estela de Tlatelolco, un monumento erigido en honor a los estudiantes del 68, como parte del compromiso del gobierno capitalino con la memoria histórica. Además, el jefe de gobierno reveló que se ha decidido eliminar el nombre de Gustavo Díaz Ordaz de todas las calles de la Ciudad de México que aún lo llevaban, un total de 27 vías que ahora serán renombradas en honor a mujeres luchadoras por la libertad.
Este cambio simbólico fue recibido con aplausos por los asistentes, quienes vieron en esta medida un paso más hacia la reivindicación de la memoria histórica y el rechazo a la impunidad. “Era inadmisible que una colonia popular, construida por la propia gente, que se encuentra a un costado de Ciudad Universitaria, llevara ese nombre”, afirmó Batres, refiriéndose a la colonia que ahora lleva el nombre de Estudiantes de 1968.
Compromiso con la transformación
La jornada concluyó con un mensaje de José de Jesús Martín del Campo Castañeda, activista y dirigente de movimientos sociales, quien enfatizó que, a pesar de la represión del 2 de octubre de 1968 no derrotó al movimiento estudiantil, sino que lo fortaleció. “El 2 de octubre de 1968 nos reprimieron, pero no nos derrotaron”, afirmó.
Martín del Campo destacó que las enseñanzas del Movimiento del 68 han sido fundamentales para la construcción de un México más democrático, y que las generaciones posteriores han continuado la lucha por la justicia social y los derechos humanos. “Nuestra conciencia cambió y ahí siguió cambiando a lo largo de nuestra vida, cimentando una idea de transformación que nos ha acompañado desde entonces”, expresó.
El 2 de octubre no se olvida
La conmemoración de este año fue una muestra del compromiso del gobierno capitalino y de las organizaciones sociales para mantener viva la memoria de los mártires del 68 y continuar luchando por una sociedad más justa y democrática. El 2 de octubre sigue siendo un día de reflexión y de demanda de justicia, un día que recuerda a los mexicanos que la lucha por las libertades y los derechos no ha terminado.
Como se recordó a lo largo del evento, el mejor homenaje que se puede rendir a los estudiantes de 1968 es continuar trabajando por un país donde la represión no tenga lugar y donde las nuevas generaciones puedan vivir en libertad y democracia. ¡El 2 de octubre no se olvida!