Se llevó a cabo la ceremonia de instalación de la Comisión de Transición de la Administración Pública de la Ciudad de México, un momento crucial en el proceso democrático de cambio de gobierno. Este encuentro no solo simboliza un trámite administrativo, sino que también refleja un profundo contenido político y social, anunciando el inicio de un nuevo capítulo en la historia de la capital.
La Jefa de Gobierno electa, Clara Brugada Molina, fue recibida con calidez por el actual Jefe de Gobierno, Martí Batres, quien destacó la importancia de este acto no solo como un procedimiento estándar, sino como una manifestación del proyecto de transformación iniciado en 2018. La presencia de figuras como César Cravioto, futuro secretario de Gobierno; Alejandro Encinas, futuro secretario de Desarrollo Urbano y Metropolitano; y Juan Pablo De Botton, futuro secretario de Finanzas, entre otros, subraya la continuidad y la profundidad del cambio esperado.
Durante la ceremonia, se enfatizó que la Comisión de Transición, ahora formalmente establecida por un acuerdo publicado en la Gaceta Oficial, tendrá la tarea de supervisar la entrega-recepción de los asuntos y recursos de la administración pública, asegurando una transición transparente y eficiente. Este equipo trabajará de manera conjunta, coordinando esfuerzos para revisar programas, proyectos, presupuestos y demás elementos fundamentales para la administración de la ciudad.
Martí Batres hizo hincapié en las reformas significativas realizadas durante su gestión, como la nueva Ley del Derecho al Bienestar y la Igualdad Social y la prohibición de la privatización del agua, resaltando el progreso en áreas como movilidad, educación, seguridad y tecnología. Estos esfuerzos son testimonio del enfoque social que ha caracterizado su administración, un legado que Clara Brugada Molina está decidida a continuar y profundizar.
Clara Brugada Molina, por su parte, agradeció a Martí Batres por su liderazgo y reiteró su compromiso con el proyecto de transformación de la Ciudad de México. Reconoció a todos los miembros del gobierno saliente por su dedicación y esfuerzos, asegurando que la nueva administración tomará la estafeta con responsabilidad y entusiasmo para enfrentar los retos futuros, como la necesidad de desarrollar nuevas fuentes de agua y políticas de vivienda inclusivas.
Este acto no solo fue una formalidad sino una reafirmación de los principios que guían la administración pública de la ciudad: la supremacía de lo público y el enfoque social. Al instalar la Comisión de Transición, ambos equipos de gobierno demuestran su disposición para trabajar juntos, garantizando que la transición se lleve a cabo de manera ordenada y eficaz, siempre con el bienestar de los ciudadanos como máxima prioridad.
La instalación de la Comisión de Transición no es solo el comienzo de un proceso administrativo, sino una promesa renovada a los ciudadanos de la Ciudad de México. Bajo el liderazgo de Clara Brugada Molina, se espera que la ciudad continúe su transformación, manteniendo y ampliando las conquistas sociales y económicas de las administraciones anteriores, asegurando así un futuro prometedor para todos los habitantes de esta vibrante metrópoli.
