22 noviembre, 2024

 

Vecinos de la colonia Granjas San Antonio en Iztapalapa están solicitando la reubicación de la nueva oficina de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), temiendo la posible instalación de campamentos migratorios en sus inmediaciones. Esta petición surge tras observar un incremento en la llegada de migrantes a la zona, lo que ha generado preocupaciones sobre la seguridad y el orden en la comunidad.

 

Desde la apertura de la nueva sede el pasado 5 de agosto, los residentes han notado un aumento en la llegada de migrantes y existe un temor creciente de que, al correrse la voz, más migrantes puedan decidir asentarse permanentemente en la zona, como ha sucedido en otras colonias de la Ciudad de México.

 

Arturo Castell, representante vecinal, señaló que han intentado dialogar con la Secretaría de Gobernación: “Nos prometieron una reunión que aún no se ha materializado. Nos sentimos ignorados y si no se atienden nuestras preocupaciones, no descartamos tomar medidas como el bloqueo de vialidades importantes como el Eje 3 Oriente y Río Churubusco,” advirtió Castell.

 

La falta de comunicación efectiva y acciones concretas por parte de las autoridades ha exacerbado la frustración entre los vecinos, quienes describen una falta de empatía y apoyo por parte del gobierno local.

 

La situación en Granjas San Antonio no es única, anteriormente residentes de la colonia Juárez en Cuauhtémoc enfrentaron problemas similares, lo que eventualmente llevó a la reubicación de la Comar. Esta acción previa ha dado esperanza a los residentes de Iztapalapa de que una resolución favorable es posible.

 

La incertidumbre sobre la posible instalación de campamentos ha causado particular preocupación entre las poblaciones vulnerables de la colonia, especialmente los ancianos, que temen por su seguridad y la tranquilidad de su entorno habitual.

 

Mientras los residentes esperan una respuesta oficial, la comunidad sigue en vilo. La situación plantea un desafío significativo para las autoridades, que deben equilibrar la necesidad de proporcionar servicios a los migrantes con la garantía de seguridad y calidad de vida para los residentes locales.