En un evento histórico que marca un nuevo capítulo en la política mexicana, Claudia Sheinbaum, presidenta electa de México, pronunció un poderoso discurso ante gobernadores, legisladores electos, miembros del próximo gabinete, familiares y amigos. Desde el emblemático Teatro Metropólitan, después de que recibió la constancia que la acredita como la primera mujer en ocupar la Presidencia de la República, Sheinbaum lanzó un mensaje claro y contundente: “Las mujeres podemos ser presidentas”.
Ante una multitud entusiasta que la ovacionó con gritos de “¡Presidenta, presidenta!”, Sheinbaum hizo un llamado a adoptar el término “presidenta” con “a”, subrayando la importancia del lenguaje en la visibilización de las mujeres. “Así como decimos jueza, abogada, científica, ingeniera, con ‘a’, porque lo que se nombra existe y lo que no se nombra no existe”, declaró.
Sheinbaum también recordó que tuvieron que pasar 200 años y 65 presidentes hombres para que México pueda hoy decir con orgullo “presidenta”. No dejó de enfatizar que este logro no es individual, sino colectivo: “No me cansaré de repetir que no es un triunfo individual, el día de hoy llegamos todas”.
Sheinbaum aprovechó la ocasión para trazar las prioridades de su próximo gobierno, que iniciará el 1 de octubre de 2024. Entre los principales desafíos, destacó la importancia de renovar la dirigencia de Morena, el partido que la llevó al poder. “Sería pertinente convocar a un Congreso de nuestro partido en este mes de septiembre, que actualice este nuevo proceso de la transformación”, sugirió, en un mensaje dirigido a la dirigencia del partido. Este Congreso, según Sheinbaum, deberá trazar una ruta clara entre las labores del gobierno y las del partido, además de elegir a una nueva dirigencia.
Asimismo, Sheinbaum hizo un llamado a los trabajadores del Poder Judicial, asegurando que sus derechos laborales serán respetados y que sus carreras estarán a salvo. También se dirigió a la comunidad empresarial, particularmente a los empresarios extranjeros, a quienes garantizó que su gobierno se enfocará en fortalecer el Estado de Derecho, erradicando la corrupción, el nepotismo y el privilegio de unos pocos. “Tendrán la garantía de que habrá ahora sí una verdadera independencia y autonomía del Poder Judicial y del Estado de Derecho”, afirmó.
En su mensaje final, Sheinbaum destacó que la elección del 2 de junio representó no solo un cambio político, sino también una reivindicación histórica para las mujeres. Agradeció a todas las mujeres que han luchado en la historia de México por la libertad y las causas feministas, subrayando que su victoria es también un triunfo de todas ellas. “Durante siglos se trató de anular a las mujeres, pero con esta victoria se abre una nueva etapa en la que estaremos más empoderadas. Ahora, no solo se nos reconoce, sino que somos protagonistas de las grandes transformaciones”, concluyó.
Con estas palabras, Claudia Sheinbaum se perfila no solo como la primera mujer en asumir la presidencia de México, sino como una líder decidida a continuar el legado de transformación iniciado por su predecesor, Andrés Manuel López Obrador y a llevar a México hacia un futuro más inclusivo y equitativo.