19 septiembre, 2024

El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela confirmó la reelección de Nicolás Maduro para un tercer mandato con el 52% de los votos. Su rival, el opositor Edmundo González Urrutia, quien obtuvo el 43% de los votos, denunció fraude y reivindicó su victoria.

 

El presidente del CNE, Elvis Amoroso, anunció que con el 97% de las actas escrutadas, Maduro recibió 6.4 millones de votos frente a los 5.3 millones de González Urrutia. Estados Unidos, Argentina, Uruguay y Perú han reconocido a González Urrutia como el ganador. Amoroso mencionó que la participación fue del 60%, con 12.3 millones de votantes de los 21.3 millones inscritos. También informó sobre ataques informáticos que retrasaron la transmisión de resultados.

 

El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) llamó a los candidatos a comparecer tras aceptar un recurso de Maduro para certificar el proceso electoral. Las protestas en rechazo a los resultados han dejado al menos 11 civiles muertos y centenares de detenidos, según organizaciones de derechos humanos.

 

 

El partido de la opositora María Corina Machado denunció un ataque a su sede, donde hombres armados se llevaron equipos y documentos. Machado, en la clandestinidad, convocó a manifestaciones en toda Venezuela para rechazar los resultados. “El mundo va a ver la fuerza y la determinación de una sociedad decidida a vivir en libertad“, declaró en redes sociales.

 

Los presidentes de Brasil, Colombia y México han buscado una salida al conflicto poselectoral venezolano, solicitando una verificación imparcial de los resultados. En un comunicado conjunto, pidieron “máxima cautela y contención” para evitar más violencia y demandaron la divulgación de los datos desglosados por mesa de votación.

 

 

Luiz Inácio Lula da Silva, Gustavo Petro y Andrés Manuel López Obrador tratan de mediar en la crisis. Han solicitado que las autoridades electorales de Venezuela publiquen datos detallados de las votaciones. La situación ha llevado a Venezuela a romper relaciones diplomáticas con varios países, mientras otros buscan una solución pacífica y democrática.

 

Gabriel Boric, presidente de Chile, afirmó la necesidad de respetar la soberanía del pueblo venezolano y la transparencia en los resultados electorales. Lula y Biden urgieron a Maduro a probar su proclamada victoria, y el presidente brasileño envió a su asesor diplomático a Caracas para mediar.

 

 

Petro aboga por un acuerdo político en Venezuela y ha trabajado para asegurar la aceptación de los resultados electorales por ambas partes. La postura de López Obrador ha sido prudente, criticando a la OEA por sus denuncias y confiando en que el sistema legal venezolano resolverá la situación.

 

Los presidentes reiteran su disposición para apoyar el diálogo y la búsqueda de acuerdos, subrayando la importancia de mantener la paz y proteger vidas humanas en Venezuela.