20 septiembre, 2024

Parece que la carrera política en México se trata de buscar oportunidades para seguir viviendo del erario público. El Senado de la República ha establecido un nuevo récord de “chapulineo legislativo”, con 37 parlamentarios cambiando de filiación política o bancada desde el inicio de la legislatura.

 

Desde los primeros días de septiembre de 2018, los pasillos del Senado han sido testigos de una danza política constante, como Alejandra León Gastélum, originaria de Baja California, que encabeza la lista de “chapulines” con cinco afiliaciones distintas durante su paso legislativo, empezando en Morena, pasando por el Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano, entre otros, y regresando a Morena. “Cada cambio representó un paso necesario para mantener mi trabajo legislativo alineado con mis valores”, explicó León.

 

Otros legisladores que han cambiado de partido incluyen a Israel Zamora Guzmán, quien comenzó su carrera en el PRD y luego se movió al Partido Verde, y más recientemente a Morena, “La política es dinámica y requiere que uno se adapte para seguir siendo efectivo” indicó Zamora. Por su parte, Rocío Abreu Artiñano, originalmente del extinto Partido Nueva Alianza, también se unió a Morena al inicio de su mandato.

 

Figuras como Alejandro Murat Hinojosa y Raúl Bolaños Cacho Cué, quienes eran militantes del PRI al llegar al Senado, optaron por el Partido Verde debido a alianzas previas en las elecciones de 2018. Entre los cambios más recientes, destacan los de Nancy Sánchez, Maura Hernández Fernández, y Judith Fabiola Vázquez Saut, todas ellas suplentes que adoptaron la filiación de Morena tras asumir funciones en lugar de las titulares de otros partidos.

 

La razón detrás de estos saltos partidistas varía desde diferencias internas y búsqueda de mayor influencia política hasta desacuerdos con las políticas internas de los partidos. “Cada cambio ha sido una decisión difícil, pero necesaria para alinear mejor mis acciones legislativas con mis principios”, comentó León Gastélum durante una reciente sesión.

 

El mayor récord de senadores que se han cambiado de bancada fue entre 2018 y 2024 con 37 legisladores. Se asumieron como senadores sin grupo parlamentario Germán Martínez y Jesús Encinas, de Morena; el panista Gustavo Madero; los priistas Claudia Ruiz Massieu y Miguel Ángel Osorio Chong; la panista Adriana Jurado. Emilio Álvarez Icaza fue sin grupo y ahora es del PRD; Nancy de la Sierra fue del PT, luego sin grupo y ahora es priista.

 

Por otro lado, analistas políticos advierten que este nivel de inestabilidad en las afiliaciones puede afectar la percepción pública del compromiso y la consistencia política. “El chapulineo puede ser visto como una falta de principios, lo que podría generar desconfianza entre el electorado”, explicó la analista política, Laura Espinosa.

 

Durante las sesiones en el Senado, donde se han debatido temas desde reformas económicas hasta políticas de salud, los senadores que han cambiado de bancada han sido tanto protagonistas como críticos de las iniciativas presentadas. En particular, debates intensos y negociaciones detrás de cámaras han marcado la agenda legislativa, con estos senadores frecuentemente en el centro de la acción.

 

Las sesiones plenarias han visto argumentos apasionados y estrategias elaboradas, reflejando la complejidad de gobernar en un ambiente tan fluido. Cada movimiento de bancada ha traído consigo un reajuste de las alianzas y estrategias políticas, afectando no solo la legislación sino también la percepción pública del Senado.

 

El fenómeno del chapulineo legislativo en el Senado mexicano es un reflejo de una política en transición. A medida que México se acerca a futuras elecciones, el impacto de estos cambios seguirá siendo un tema de discusión crucial. La estabilidad política y la confianza en el sistema democrático podrían estar en juego, dependiendo de cómo estos senadores manejen sus nuevas afiliaciones y respondan a las expectativas de sus electores.