22 noviembre, 2024

Un fallo informático de magnitud global, provocó incidencias significativas a nivel mundial, impactando a aerolíneas, compañías ferroviarias, bancos y empresas de telecomunicaciones, entre otros. Este problema, originado por una actualización defectuosa de un programa antivirus, también afectó las “operaciones informáticas” de los Juegos Olímpicos de París 2024, a solo una semana de su inauguración.

 

Microsoft informó en su página web que los problemas comenzaron el jueves a las 19:00 GMT y afectaron a los usuarios de Azure, su plataforma en la nube, que controla el software de ciberseguridad CrowdStrike Falcon. George Kurtz, director general de CrowdStrike, explicó que el fallo se debió a un defecto en una actualización de contenido para los usuarios de Windows. La empresa identificó y solucionó el problema rápidamente, pero no sin antes causar una caída del 20% en sus acciones.

 

El gobierno alemán, basándose en información de sus funcionarios de ciberseguridad, confirmó que el fallo se debió a una “actualización defectuosa“. Por su parte, la agencia de ciberseguridad francesa (ANSSI) no encontró evidencias de que el fallo se debiera a un ciberataque.

 

 

El impacto fue global, causando perturbaciones en varios aeropuertos internacionales, donde los sistemas de facturación tuvieron problemas. En el aeropuerto de Berlín-Brandeburgo, por ejemplo, se formaron multitudes con cientos de pasajeros esperando indicaciones en plena temporada de vacaciones. Situaciones similares ocurrieron en los aeropuertos de Ámsterdam-Schiphol, Hong Kong, Sídney y Zúrich, entre otros.

 

Josep Albors, director de investigación de ESET España, corroboró que la actualización defectuosa provocó la aparición de la temida “pantalla azul de la muerte” en sistemas Windows de todo el mundo, desde Australia hasta Estados Unidos. Esta pantalla azul, que detiene el funcionamiento del sistema operativo, fue diseñada para Windows 1.0 en 1985 y su aspecto actual incluye un código de error que puede ayudar a diagnosticar el problema.

 

 

El profesor John McDermid, de la Universidad de York, destacó la necesidad de diseñar infraestructuras resistentes a estos problemas, señalando que el fallo demuestra la vulnerabilidad de depender de un único proveedor para servicios tan diversos. Compañías aéreas como Air France, KLM, Ryanair y Turkish Airlines, así como hospitales y bancos en diversos países, se vieron afectados por este fallo informático.

 

En resumen, aunque el problema fue rápidamente identificado y corregido, su impacto global subraya la importancia de tener sistemas resilientes y diversificados para prevenir incidentes similares en el futuro.