En un episodio más de la saga judicial y mediática que ha envuelto a Carlos Agustín Ahumada Kurtz, el empresario argentino-mexicano aterrizó en suelo mexicano este martes 16 de julio de 2024, marcando un nuevo capítulo en su controvertida historia con la justicia de México.
El vuelo AM 029 de Aeroméxico, procedente de Buenos Aires, Argentina, tocó tierra en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México a las 5:10 a.m., bajo la expectativa de medios y funcionarios.
Ahumada, quien enfrenta cargos por defraudación fiscal, regresó a México no como un fugitivo, sino de manera voluntaria, accediendo a una petición de extradición de las autoridades mexicanas. Su regreso estuvo marcado por una Suspensión Provisional Vigente concedida por el Juzgado Cuarto de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México, que evita la ejecución inmediata de una orden de reaprehensión en su contra.
A su llegada, Carlos Ahumada fue recibido conforme a los protocolos de extradición. Fue trasladado al hangar de la Fiscalía General de la República (FGR), donde pasó por una revisión médica y una serie de trámites administrativos necesarios para verificar su estado físico y legal antes de ser entregado a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ-CDMX).
Los oficiales investigadores de la Policía Federal Ministerial adscritos a Interpol, Omar Morales Polo y Sergio Agustín López Serrano, fueron los encargados de su custodia durante el vuelo, asegurando su seguridad hasta el aterrizaje y durante el traslado.
Enrique Ostos Garza, abogado de Ahumada, confirmó la llegada y los procedimientos subsiguientes, destacando la cooperación y el respeto a los derechos de su cliente por parte de las autoridades. La defensa de Ahumada ha sido clara en su intención de enfrentar los cargos, confiando en que la justicia permitirá un juicio justo y acorde con los tratados internacionales que México tiene firmados, que impiden juzgarlo por delitos distintos a los que motivaron su extradición.
El Bufete Ostos & Ostos emitió un comunicado fechado el 15 de julio del 2024, señalando que, una vez concluidos los trámites, Ahumada se presentaría voluntariamente en el Juzgado Penal correspondiente, una muestra de su disposición a resolver su situación legal.
No sin antes informar que su cliente no podría ser aprehendido: “Cabe señalar que el señor Ahumada Kurtz cuenta con una Suspensión Provisional vigente concedida por el Juez Cuarto de Distrito de Amparo en Materia Penal en la Ciudad de México, la cual impide que la orden reaprehensión que existe en su contra sea ejecutada”.
La figura de Carlos Ahumada ha sido central en diversos escándalos políticos y mediáticos en México, especialmente recordado por los “videoescándalos” de 2004. Su regreso no solo reaviva viejas polémicas sino que también pone a prueba la capacidad del sistema judicial mexicano para manejar casos de alto perfil con implicaciones políticas y mediáticas significativas.
Además, el caso se inscribe en un contexto más amplio de lucha contra la corrupción y la impunidad en México, donde el gobierno actual ha puesto un énfasis particular en traer ante la justicia a aquellos acusados de defraudar al estado o de involucrarse en malversaciones y fraudes.
El caso de Ahumada será seguido de cerca por analistas, políticos y la ciudadanía, ofreciendo un barómetro de la salud y la independencia del sistema judicial en México. Mientras tanto, Ahumada espera poder resolver su situación legal de manera definitiva, enfrentando un sistema que ha cambiado significativamente desde que dejó el país hace años.